—Explícalo —exigió Felix en el instante en que se precipitó con ímpetu sobre el puente colgante. Tenía los brazos cruzados con firmeza sobre el pecho.
Cientos de explicaciones se agitaban en su mente, una más absurda que la otra. Hyunjin estaba dentro del área de cuarentena. Y, además, sonreía. Y, aparentemente, estaba bien. Luego, el colgante que llevaba alrededor del cuello reflejó la luz, y Felix soltó un jadeo, lanzándose hacia adelante.
Presionó el dedo contra el muro de cristal.
—¿Eso? —gritó, incrédulo—. ¿En serio?
—En serio —confirmó Hyunjin, enseñando más dientes que nunca. Estaba prácticamente radiante de alegría. Empezó a explicar su teoría y lo que había averiguado sobre el Talismán de la Vitalidad, y por qué supuso que lo protegería del poder de JeongIn, pero había tantas pausas y saltos en su relato que le costó seguirlo. Además, parecía no poder dejar de reír. Era en parte la risa de un científico loco que no había esperado que su último experimento saliera bien, y en parte la risa de un tipo que por fin podía estar con su hermanito, sin un muro de cristal de por medio.
No dejaba de alborotarle el cabello a JeongIn, de darle suaves puñetazos en el hombro o de envolver el codo alrededor del cuello y fingir que le hacía una llave. El niño no parecía saber cómo responder a esta efusión de afecto fraternal, pero no dejaba de sonreír. Una sonrisa llena de desconcierto, pensó Felix, pero una sonrisa al fin.
Había algo entrañable en la manera en que In miraba a Hyunjin: un poco de admiración junto con una dosis generosa de esperanza. Ayer, era un prisionero y un paria. Sí, era valioso y amado, pero, también, una anomalía. Un experimento científico. Una rata de laboratorio.
Él lo sabía tanto como los demás.
—¿Y el Agente N? —preguntó Felix.
Hyunjin se volteó hacia él, sobresaltado.
—¿Qué hay con eso?
—Lo crearon con la sangre de JeongIn. ¿Podrá el talismán proteger también a la gente?
Las cejas de Hyunjin se contrajeron sobre sus gafas. Echó un vistazo al niño, pero este tan solo encogió los hombros.
—No me mires a mí —dijo.
—No lo sé —respondió—. Es posible que sí —abrió la boca para seguir, pero vaciló. Volvió a examinar a JeongIn, y luego miró de nuevo a Felix—. Sí, estoy bastante seguro de que sí.
—¿Y el Consejo está enterado de esto? Han destinado tantos recursos al desarrollo del Agente N… ¿y todo este tiempo este colgante estaba en la bóveda, capaz de proteger de sus efectos a cualquiera? Podría haber otras cosas. Primero, el Capitán es inmune a In, ¿y ahora esto? —se mordió la lengua para no seguir hablando, preocupado por que advirtiera su entusiasmo.
Algo para protegerse de JeongIn; algo para protegerse del Agente N.
Quizás, después de todo, los Anarquistas no debían estar tan preocupados por esta nueva arma.
—Estoy convencido de que nadie supo acerca del medallón y sus propiedades —señaló Hyunjin—. De lo contrario, otro lo habría sacado de la bóveda apenas revelaron el Agente N. Y escuchaste lo que dijeron en la presentación: no se conocen antídotos. Y la invencibilidad, como la que tiene mi papá, es prácticamente el superpoder más excepcional que se haya documentado. Nadie más es como él. No hay motivo para creer que sus poderes podrían ser replicados, al menos, no en lo que se refiere a In. Tal vez haya otras cosas que puedan utilizarse para protegerse de su poder, pero por lo que pude investigar, este es el único objeto de este tipo.
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SUPERHERO • [Hyunlix] • ADAPTACIÓN
FanfictionEncontrar amor donde buscaba venganza... Encontrar venganza dónde una vez hubo amor... Felix decidió unirse al equipo de sus rivales con un único objetivo en la mente: Vengarse.