• C. 42 •

12 1 0
                                    

La Detonadora no recibió el impacto de la bala. En cambio, le pegó a una de las dos marionetas que colgaban lánguidas dentro del teatro, la marcó justo entre los ojos. Aunque Nightmare no había alcanzado ni a la Detonadora ni a Hyunjin mismo, este tuvo la sensación de que había dado exactamente en el blanco al que había apuntado.

Pero en cuanto al mensaje que quería enviar, lo dejó perplejo:

—Tú sí que eres atrevida apareciendo por acá —dijo Nightmare, la voz baja, amortiguada tras la máscara.

Hyunjin sintió un cosquilleo en los antebrazos, como si los tatuajes mismos estuvieran preparándose para un combate. De todos modos, buscó su rotulador, no supo si por costumbre o por instinto. Pero al levantar la mirada nuevamente, Nightmare parecía estar mirando a la Detonadora, y no a él.

—¿Qué? —preguntó la villana, moviendo la pierna cruzada de arriba abajo. Llevaba el mismo traje que en la biblioteca, aunque él advirtió que tenía la parte superior del brazo envuelto en vendas, donde Felix había intentado dispararle al intentar huir—. ¿Acaso no puedo venir a saludar a un querido amigo?

—Por tu culpa—dijo Nightmare, con un hosco gruñido—, perdí una valiosa conexión cuando fuiste tras el Bibliotecario y toda su reserva de armas. ¿Sabes el esfuerzo que fue establecer un vínculo comercial con él? ¿Cuánto demoré en cultivar aquella relación? Todo para nada, gracias a ti.

Hyunjin dio un paso atrás, quitándose del camino entre ambos. Cuando ninguno de los dos le prestó atención, volvió a retroceder un paso, y luego otro.

—Échame toda la culpa que quieras por tus desgracias —dijo la Detonadora encogiendo uno de los hombros—, pero no olvidemos que tú comenzaste todo esto cuando decidiste ir tras el Capitán Chromium. Nada menos que el jefe. Si no hubieras sido tan torpe, los Renegados ni siquiera estarían persiguiéndonos, ¿no te parece? No te habrían quitado la pistola, no la habrían rastreado hasta el Bibliotecario, y la vida seguiría normalmente.

—Salvo que no nos atacaron tras el desfile, ¿verdad? Se llevaron al Titiritero, y el resto de los Anarquistas quedamos libres. No fue sino hasta que te volviste perezoso e impaciente, y decidiste tomar un riesgo que no debiste haber tomado. ¿Sabes lo que creo? —Nightmare volvió a levantar el arma—. Creo que los Anarquistas estarán mejor sin ti.

Disparó de nuevo, y la Detonadora gritó y cayó de espaldas del reborde del pequeño escenario, y desapareció dentro del diminuto teatro.

Hyunjin se precipitó tras una canoa deteriorada, seguramente, un vestigio del túnel del amor.

Nightmare siguió con los disparos, liberó cuatro balas más hasta que la pistola emitió un chasquido metálico vacío.

Cuando Hyunjin levantó la cabeza, vio que la fachada del teatro de madera estaba acribillada a balazos y cubierta de madera astillada. Las marionetas se mecían sobre sus cuerdas, y una mancha oscura salpicaba el telón de fondo. No alcanzó a ver si era sangre o mugre.

Nightmare enfundó la pistola y saltó del tejado, aterrizó como un felino sobre el suelo, donde Hyunjin había estado parado minutos antes. Vaciló, mirando el teatro. El joven no pudo ver su rostro debido al pliegue de la capucha, pero percibió que él esperaba, preparándose para lo que viniera. Su pistola paralizante seguía en la otra mano.

Apretando la mandíbula, Hyunjin destapó su rotulador, lo más silenciosamente posible y trazó una nueva pistola sobre el costado de la canoa. Se trataba de un dibujo apresurado, sucio por los años de mugre incrustada en la madera, pero lo alivió estar armado de nuevo. Bosquejó un puñado de dardos extra y los metió en el bolsillo.

Acababa de terminar cuando oyó el sonido sordo y melodioso de madera hueca. Al levantar la mirada, vio que la Detonadora se impulsaba hacia arriba, empujando las marionetas a un lado. Cayó desplomándose por encima de la saliente de la caseta. Cuando él fijó su mirada, ella tenía el rostro desfigurado por el dolor, los ojos hirviendo de indignación. Ella tomó impulso para subirse a la saliente y cayó sin gracia del otro lado. Toda la parte delantera de su camisa estaba cubierta de sangre. Otro poco caía escurriéndose sobre su estómago, empapando las vendas alrededor de sus brazos.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora