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El Talismán de la Vitalidad.

Felix no había podido dejar de pensar en él desde que vio a Hyunjin dentro del área de cuarentena, al menos cuando no estaba lamentándosepor su fracaso para obtener el casco. La habilidad que tenía JeongIn de
absorber otros superpoderes no había afectado a Hyunjin, y todo por el
medallón de un colgante.

Pero no estaba en la bóveda: a lo largo de los últimos días, se había fijado varias veces en los registros de préstamos, y él aún tenía que devolverlo. Lo necesitaba. No para protegerse de JeongIn, sino para protegerse a sí mismo del Agente N. Específicamente, del Agente N en estado gaseoso.

Siwon estaba a punto de descubrir algo, lo sabía, y con los misiles de niebla que había retirado de la bóveda desde aquel momento, ahora sabía exactamente cómo convertir las armas en un sistema para distribuir el vapor tóxico. Neutralizaría a cualquier prodigio que entrara dentro de un radio de un metro y medio del dispositivo durante el transcurso de los primeros tres minutos y medio de su emisión (el tiempo que llevaba para que las moléculas de vapor se disiparan hasta perder su poder, según los cálculos de Siwon). Debilitaría sus poderes del mismo modo inexorable que si hubiera metido la viscosa sustancia color verde directamente en su corazón. Por fin los Anarquistas tenían un arma que podían usar contra los Renegados. Incluso, contra varios Renegados a la vez. Pero Felix no quería arriesgar sus propias habilidades ni ningún otro iba a querer correr el riesgo. Para protegerse en la batalla que sabía que se avecinaba, una batalla que esperaba más pronto que tarde, necesitaba aquel
medallón.

Esos eran los pensamientos que agitaban su mente mientras recorría el sendero de diez kilómetros entre la sórdida casa adosada que compartía con los Anarquistas y el suburbio más bonito de Gatlon City. Hacía muchos años que sabía que el Capitán Chromium y Dread Warden se habían instalado en la mansión del viejo alcalde, sobre Pickering Grove. Cuando los Anarquistas padecían su existencia en los túneles subterráneos, había escuchado a Hwa quejarse incesantemente de lo injusto que era todo ello: que sus enemigos estuvieran rodeados de lujos mientras que ,
una reina, tuviera que soportar aquellas cavernas hediondas y mugrientas. Una vez Felix preguntó por qué, si sabían dónde vivían dos de sus peores enemigos, no iban y los atacaban. Siwon podría llenar la casa con gases venenosos a través de la red de conductos, o Yuna podría sencillamente volar el sitio. Incluso, Felix, que tenía trece años y un orgullo desmesurado por aquel entonces, podría escabullirse por una ventana y asesinarlos a ambos mientras dormían, siendo un detalle menor el que en aquel momento jamás hubiera matado a nadie.

Pero Hwa había suspirado melancólicamente, mientras Siwon le contaba a Felix todo lo que sabían sobre los sistemas de seguridad de la mansión, tanto de los equipos de protección tecnológicos como de los que tenían superpoderes. No, el Capitán Chromium y Dread Warden no serían tan fáciles de matar. Pero esta noche Felix no tenía pensado matar a nadie. Solo quería conversar. Y quizás echar un vistazo. Aquello no era un crimen, ¿verdad?

Sus pisadas empezaron a aminorar su enérgico ritmo a medida que las casas a su alrededor se volvieron más grandes; las entradas que conducían hasta ellas, más largas, y los árboles que bordeaban la carretera, tan antiguos y arraigados que en algunos lugares sus ramas formaban un dosel que cubría toda la calle. Este vecindario aún presentaba las huellas de destrucción de la Era de la Anarquía que sintió el resto de la ciudad, y varias ventanas tapiadas y jardines descuidados sugerían que muchas de estas mansiones permanecían abandonadas. Felix se preguntó por qué tantos de los apartamentos en el centro se encontraban abarrotados de gente hasta alcanzar un grado poco saludable mientras estas propiedades permanecían vacías. Sin duda, tenía que haber un mejor uso para ellas que dejar que se pudrieran y terminaran derrumbándose por el deterioro. No pudo evitar imaginar lo que pudo haber sido la vida aquí antes de la Era de la Anarquía. Qué diferente mirar fuera de la ventana y ver un jardín cuidado con esmero y niños andando en bicicletas sobre la calle. Qué
diferente a cualquier cosa que ella hubiera conocido… las barbacoas en el jardín trasero y las tardes ayudando a la pequeña Olivia con la tarea mientras mamá y papá preparaban la cena en la cocina… Felix tuvo que obligarse a apartar aquella fantasía de la cabeza antes de arriesgare a que sus ojos se llenaran de lágrimas. Gracias a lo que fuera que Taehyung le hizo a su mente, este tipo de pensamientos habían estado colándose todo el día en su cabeza.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora