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Hyunjin se obligó a levantarse de entre los escombros. Tenía las piernas aún débiles, pero ahora lo sostenía el traje. El enjambre de mariposas estaba a punto de llegar al vallado, y se preguntó si Yeji huía para salvar su vida o si intentaba alejar a Phobia de sus amigos. Como fuera, la bandada de cuervos la alcanzaba a toda velocidad, sus siluetas casi invisibles contra el cielo nocturno.

Hyunjin conocía el resultado de aquella cadena alimentaria.

Los pájaros pasaron por encima de Jisung y Minho. Jisung soltó un grito de furia y arrojó su heliotropo hacia ellos, derribando a dos pájaros en el aire. Uno cayó contra la cerca, el otro se desplomó sobre el suelo, con un ala torcida en un ángulo extraño. El resto parecía indiferente por la suerte de sus compañeros abatidos.

—¡Yeji! —gritó Jisung.

Hyunjin empezó a correr, y luego a volar, usando los tatuajes de las plantas de los pies para lanzarse hacia delante. Una llamarada crepitó alrededor de su muñeca. Podía sentir su calor a través de la armadura, pero más que asustarlo, lo animó. El fuego creció hasta que prácticamente envolvió su brazo entero. Las llamas ascendieron en el aire, flameantes y abrasadoras. Minho aferró a Jisung de la espalda de su uniforme y lo lanzó fuera del camino de Hyunjin. Pasó volando a toda velocidad junto a sus amigos y se elevó, arrojando la palma hacia delante. El fuego ardió a lo largo de su brazo y salió disparado hacia el grupo de cuervos. Los devoró, engullendo sus graznidos y chillidos, su plumaje y sus garras, y los extinguió.

Hyunjin aterrizó con fuerza sobre el suelo justo dentro de la cerca de alambre. Se desplomó sobre una rodilla, resollando. Del otro lado del descampado, vio a un puñado de pájaros que habían escapado al fuego convertirse en volutas de humo negro. Desaparecieron mientras las mariposas descendían en picado bajo los restos de un taxi maltrecho.

Un aleteo llamó la atención de hy6 a un lado, y reconoció a uno de los cuervos que acababa de ser derribado por la gema de Jisung. Tenía un ala rota, y fijó la mirada en él con un ojo negro, pequeño y brillante, inteligente y calculador.

Hyunjin se estremeció.

El pájaro se disolvió en ceniza negra, dispersándose en el viento. Soltó un largo gemido de cansancio. No era tan ingenuo como para creer que Phobia hubiera muerto. Pero esperaba que, al menos hoy, ya no tuviera que verlo más.

Una bota crujió sobre la tierra. Hyunjin cerró los ojos con fuerza, armándose de coraje, y se puso de pie, volteándose para mirarlos. Cortina de Humo y Red Assassin. Sus compañeros, sus amigos. Jisung sujetaba su alambre en una mano, y un puñal de rubí en la otra. Minho tenía una nube de carbón gris que se arremolinaba a su alrededor, oscureciendo el suelo a sus pies. Ambos lo miraban con temor. Hyunjin se dio cuenta de que no querían combatirlo, pero no creía que fuera por un sentido de camaradería. No. Tenían miedo. No creían poder ganar en un combate contra él. Pensó que tenían razón, pero era la primera vez que se detenía a considerar la posibilidad.

Minho le echó un vistazo a Jisung. Una mirada breve, motivada por la preocupación. Hyunjin cuenta de que planeaba distraerlo. Ocultaría a Jisung con su humo, atrayendo hacia él los peores embates cuando el Centinela atacara. Era una maniobra arriesgada, sabiendo lo que este podía hacer, pero también la mejor opción para derribarlo. Por lo menos, le daría a Jisung la posibilidad de adoptar una posición más agresiva. Quizás incluso de lanzar un contraataque mientras el Centinela estuviera distraído. Era una estrategia que habían practicado decenas de veces en las salas de entrenamiento. Los pequeños gestos, el modo casi imperceptible en que acomodaban sus miembros eran tan conocidos que Hyunjin sintió deseos de reír.

Jamás hubiera esperado ver que emplearan aquellas tácticas justamente contra él.

Alzó las manos, con los dedos extendidos, la señal universal de súplica.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora