• C. 24 •

16 2 0
                                    

Yuna no debió haber estado allí.

Las armas no debieron haber estado allí.

Felix captó la expresión altiva de Yuna, su propia mente se hallaba alborotada por la incredulidad, la irritación, la… traición. Habían tenido un plan.

Un buen plan. ¿Qué diablos hacía Yuna?

—Hyunjin Bang —dijo Yuna. Sacó una mano de debajo del escritorio, empuñando una pistola. Golpeó la culata contra la superficie—. Qué grata sorpresa.

—La chica te advirtió de que estábamos acá —soltó Hyunjin. Su expresión era extrañamente neutral para tener un arma que le apuntaba—. La que pasa por los espejos.

Felix tragó saliva. Era una teoría tan buena como cualquier otra. Yuna no parecía dispuesta a corregirlo al tiempo que curvaba los labios en una sonrisa presuntuosa.

—Lo mejor de todo —dijo— es que voy a matarte, y nadie sabrá que fui yo porque no habrá nadie vivo para contarles. Salvo —sus ojos se estrecharon al examinar a Hyunjin y a Jisung, al Bibliotecario y, finalmente, a Felix— que falta uno.

—¡Y a ti te faltan algunas células del cerebro! —gritó Jisung. Arrojó su heliotropo hacia uno de los módulos de estanterías. El alambre pasó detrás de uno de los soportes, se enganchó con fuerza, y él jaló hacia atrás, lo que hizo que la enorme estructura se viniera abajo.

Yuna gritó al tiempo que una lluvia de armas y municiones cayó con estrépito sobre su cabeza. Las pesadas repisas aterrizaron sobre sus hombros. La silla del escritorio se alejó rodando de debajo de ella, la villana se derrumbó sobre el suelo y las repisas terminaron colapsando sobre el escritorio.

Rugiendo, Yuna se arrastró debajo del mueble y levantó la pistola. Hyunjin se volteó y se arrojó encima de Jisung en el instante en que la Anarquista apretó el gatillo. Dentro de aquel recinto cerrado, el sonido del disparo fue ensordecedor, y la bala se alojó en una gruesa enciclopedia, mientras Hyunjin y Jisung se desplomaban sobre el suelo y rodaban detrás de una estantería.

Con un grito de pavor, Gene Cronin se volteó y comenzó a huir hacia las escaleras, pero Felix extendió la mano y le tomó la parte de atrás de la camisa.

Lo lanzó contra un rincón, detrás de otra repisa tambaleante.

—Este no era el plan —susurró él—. ¿Qué está sucediendo?

—Dímelo tú —espetó él a su vez, sus ojos enormes aterrorizados—. Yuna dijo que había venido a buscar proyectiles nuevos, pero ¡tengo la sensación de que me han tendido una trampa!

Felix frunció el ceño.

—¿Qué te dijo ayer?

—¿Ayer? ¡No la vi ayer!

Un estrépito llegó hasta ellos desde la sala de artillería. Tras soltar a Cronin, Felix escudriñó por una hendidura de la estantería mientras Yuna despejaba un camino entre las armas que habían caído de las repisas. Buscó a Hyunjin y a Jisung, pero no veía señales de ellos en el laberinto de estanterías.

—Esto es lo que va a suceder —dijo Yuna—. Voy a matarlos, y luego iré a buscar a su amigo y también lo mataré. El del humo, ¿verdad? Estoy segura de que no debe haber ido lejos.

Volvió a gatillar la pistola.

—Luego, mientras el Capitán Chromium no se haya repuesto aún del impacto por la muerte de su único hijo, quemaré el Cuartel General de los Renegados y todo lo que hayan construido. Les mostraré lo que significa esforzarse tanto por construir algo solo para que alguien lo destruya en minutos.

SUPERHERO   •   [Hyunlix]  •  ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora