CAPITULO 11- Aclarando dudas con Ana y ajustando cuentas con José (1ra. Parte)

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POV. Anastasia Steele

Cumplió con su palabra y a las seis de la mañana ya estábamos rumbo al aeropuerto para regresar a Seattle, sé que está molesto porque cree que lo acusé de haberme dado algo que me hizo olvidar todo, no puedo creer que José haya podido llegar tan lejos, si es así jamás le perdonaré. Christian ha estado callado desde anoche que hablamos y luego discutimos con Welch, tiene razón, es mejor no decir nada mientras no reunamos toda la información, no sabía que tiene guardaespaldas en todos lados y según el señor Welch ya llamó a todos para que le den toda la información de Grey desde el viernes hasta cuando partió a Aspen...- Christian, perdóname, no quise ofenderte con lo que dije, es solo que yo...- me interrumpe- ¡no digas nada Ana, es mejor así! - tiene cara de enojo y si, tiene razón, más bien ya llegamos al aeropuerto y solo quiero llegar a Seattle pronto.

Nunca había estado en este aeropuerto y con el coche llegamos hasta la pista y ahí está un avión que tiene letras azul celeste y logos que nunca había visto, ¿es su avión privado?, ¿llegamos en esto? aparecen dos hombres vestidos de pilotos y una muchacha... nos saludan - señor y señora Grey, que gusto volverlos a ver, señor Welch- le hacen un ademán con la cabeza... ¿cómo dijeron?, ¿señor y señora Grey? Sonrío, esto parece una locura, Christian está nervioso no sabe que decir y sólo contesta - buenos días, ¿está todo listo? - suena más calmado, al final ninguno tiene la culpa de todo lo que nos pasó... y le contestan - ¡diez minutos señor! - subimos y nos sentamos, adentro es realmente hermoso y muy lujoso todo acolchado, y pensar que lo más lejos que había llegado era Georgia, donde vive mi mamá y viajando en clase económica, esto es nuevo y maravilloso... al menos aleje un poco mi tristeza, veo como el señor Welch se dirige a la cabina de los pilotos y se pone a hablar con la tripulación... - ¿habías viajado antes en un avión privado? - me pregunta Christian - nunca, solo viaje un par de veces en clase económica, ¿este avión es tuyo? - le pregunto- sí, de la empresa, y me estas mintiendo porque sé que habías viajado en un avión privado antes...- me dice - no Christian, ¡¡¡es la primera vez, en serio!!! - le digo levantando la voz y algo intrigada ¿por qué dice eso?- claro tontita, si llegaste conmigo es obvio que usamos este avión y ahora al volver... ¡segunda vez! - y sonríe... lo miro con cara de pocos amigos y pongo los ojos en blanco ante su intento de hacer que cambiemos de humor, pero resulto, le sonrío sin ganas... así es mejor que gruñón... me mira, sonríe, se pone delante mío lo miro hacia arriba, me toca el mentón con sus dedos y acaricia suavemente, me siento mejor, creo que me ha perdonado la terrible acusación que le hice, siento cómo mi corazón se estruja al mirarlo.

Es tan lindo, adoro esos ojos pillos grises hermosos que brillan cuando ríe... su pelo loco y alborotado castaño cobrizo... sus labios perfilados ligeramente gruesos que sentí... ¡tan buenos para besar! ¡todo él es perfección!, ¿por qué tuvo que pasar esto?, desearía que todo fuera diferente. 

Me hundo nuevamente en mi tristeza cuando esto termine, no seré más que un mal recuerdo...

POV. Christian Grey

Los ojos de Anastasia son hermosos y extraño sus besos, quiero tocarla, mimarla pero ¿cómo es posible?, quise hacer que cambiara su carita con un asomo de sonrisa, lo conseguí pero duro poco, nuevamente se hundió en la tristeza, por lo menos mis dedos tocaron su suave rostro, es tan preciosa su pelo largo y castaño sus labios deliciosos y deseables tan suaves hechos sólo para mí, recuerdo mis pensamientos mientras ella devolvía el estómago, algo nada romántico, yo la miraba embelesado y aún la quiero para mí, lo malo es que no creo que podamos superar esta situación, tengo el orgullo herido a causa de sus sospechas... que tuve que valerme de algo para tener sexo con ella, ¿quién cree que soy?... las mujeres se lanzan sobre mí y se arrastran por el suelo... ¡y ella se atreve a pensar eso!... nuevamente la rabia me recorre el cuerpo y sí, estoy ofendido... partimos a Seattle... ¡cuando lleguemos, aclaro esto y a olvidar esta desafortunada situación!...

Acuerdo de Amigos. Será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora