Capitulo 40

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Willow:

(Escuchen- voxifera, Era)

Abrí mis ojos lentamente, me dolía todo mi cuerpo, bajé mi mano presionando un poco mi parte que me dolía como nunca me había dolido ni la cabeza, una pequeña caricia sentí en mi cintura, entreabrí mis labios asustada de lo que estaba sintiendo.

Me removí un poco girando mi cuerpo al ver al señor Máximo a mi lado… Me quedé completamente helada al ver que él dormía como si nada a mi lado con una mano encima de mi cintura.

Willow: (susurrando) Santos cielos.. ¿Qué hice?

Negué con la cabeza cubriendo mis labios del asombro de algo que no me hubiera esperado hacer. No es que me hubiera obligado, pero mi primera vez hubiera preferido que sea con un hombre que me ame y que yo a él.

Sostuve suavemente su mano apartándola de mi cuerpo, rogaba a todos los santos que no se despertara… él solo se removió abrazando la almohada.

Me quedé mirándolo mientras me sentaba en la cama, buscaba mi ropa pero ni saber donde estaría. Caminé buscando algo con que cubrirme, mi mirada por momentos era para ese hombre que no se despertara, extendí su camisa empezando a ponérmela, abroché los primeros botones viendo que le hacían falta varios de abajo. Mordí mi labio inferior al ver la manera tan sexy que se veía durmiendo. En mi mente empezaban a pasar las imágenes de todo lo que había sucedido dejando una pequeña y liviana sonrisa en mi rostro.

Willow: (susurrando) ¿Quién no desearía tener en su cama?

Miré por toda la habitación, visualicé su pantalón, me acerqué con mucho cuidado poniéndome de cuclillas, levanté mi mirada hacia él, tragué saliva metiendo mi mano en los bolsillos. Cerré un ojo al escuchar unas llaves, las tomé juntando para no hacer tanto ruido, miré que eran las llaves del censor de su auto.

Willow: Esto me va a servir.

Continuaba revisando, miré su billetera, dejé caer su pantalón. Tenía en mi mano su billetera, la abrí viendo que en primera instancia tenía la foto de una mujer rubia demasiado hermosa con dos pequeñas preciosas, se parecían tanto a la mujer rubia que por lo que me había dicho tenía que ser su esposa y sus dos hijas. Se miraban tan felices y ella radiaba demasiada luz que sus ojos de él la miraba con tanto amor y deseo. Negué con la cabeza bajando la mirada. Pasé del otro lado de la billetera viendo demasiadas tarjetas, las iba sacando una a una pero todas eran personales, estas tarjetas deberían estar demasiadas protegidas, al ser un hombre con mucho poder en el hospital me imagino que cada una tenía un valor único. Pasé a otras entreabrí mis labios viendo el nombre de esta tarjeta, Ala 1 sección 1. Recordé donde los había escuchado era la sección una, esta me la tenía que quedar, habían otras tarjetas extrañas, en mi vida había visto de estas…

Pasé a otro apartado donde habían una identificaciones, saqué la primera viendo sus datos personales Máximo Rizzolli, tenía la dirección donde este hombre tenía que vivir. Me puse de pie dando pasos pequeños y de puntillas, abrí con mucho cuidado uno de los cajones pero no había un maldito lapicero, negué con la cabeza.

Willow: tengo que aprendérmela.

La repetía en voz baja, necesitaba por cualquier cosa esa dirección. Tomé otra identificación. Levanté mi mirada hacia él, ¿tendrá un hermano gemelo? Era la misma foto, la misma dirección que la de él pero con otro nombre Dimitri Fiorelli. Esta decidí mejor quedármela. Dejé la billetera de nuevo en su pantalón tal y como estaba.

Desabroché los botones de la camisa, veía mi vestido que tenía puesto. Me acerqué a el levantándolo, buscaba mis zapatillas, pero no las hallaba.

Willow: (susurrando) al demonio.

Capitulonsin censura. Mi Cielo... Mi infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora