Darío:
Revisaba los documentos que tenía que llevar, solo pensar que empezaré una nueva vida y con esta oportunidad, era de agradecer mucho a Dimitri, aunque… saber que él es el dueño del corazón de Willow me hacía sentir celos, coraje… hasta envidia.
Darío: Fui un completo estúpido…
Negué con la cabeza quedando de pie, metí todos mis documentos cerrando la cremallera de la maleta, la sostuve del aza bajando de la cama. Sostuve la otra aza llevando las dos maletas hacia adelante, no faltaba mucho para irme al aeropuerto. Las dejé mirando a un lado en la mesita de estar, di unos pasos hacia atrás tomando uno de los portarretratos, sonreí al ver su hermosa sonrisa, fuimos felices cuando Dimitri no había aparecido en su vida. Motivos tenía para ir corriendo y decirle que mi amor nunca fue mentira, pero mis acciones hicieron que perdiera la confianza de ella.
Darío: ayyy, Willow, dueles demasiado.
Levanté la mirada hacia el reloj de pared, aun estaba a tiempo, caminé llegando frente a la mesa decorativa mi móvil estaba frente a mi… respiré profundamente, me senté en el sillón marcando a la señora Sharon, si tenía su número era por cualquier urgencia en caso que algo sucediera con Dimitri y poner al tanto a sus hijas, pero esta ocasión quería algo más.
Llamada:
- ¿Si?
- Hola señora Sharon, soy Darío, el médico forense del hospital.
- ¿sucede algo con Dimitri?
- No, claro que no, pero me atrevo a molestarla para saber… bueno si es que me puede comunicar con Willow.
- ¿Con Willow? Amm, ¿Cómo para que?
- Ella es mi amiga y quiero despedirme de ella.
- Bueno Darío, no sé si ella quiera hablar contigo, además sé quien eres en su vida.
- Le juro que solo es para despedirme, en dos horas estará viajando lejos y no volveré a meterme en su vida. Por favor.
- De acuerdo.Respiré profundamente dejando caer mi espalda en el respaldo, escuchaba sus pasos de la Señora Sharon, sonreí sabiendo que estaría buscando a Willow, una puerta se escuchó abrir, ella le decía que tenía una llamada.
- “Es Dimitri”?
Bajé la mirada al escuchar su hermosa y delicada voz, ahora ya lo llamaba por su nombre y como Máximo. Miré hacia el techo. Las palabras iban y venían pero no sabía como empezar.
- ¿Darío?
Me puse de pie al escucharla, los nervios y nostalgia se hacían presente, era una tormenta que estaba sobre mi cuerpo al saber que esta será la peor despedida de mi vida.
- Hola.
- Hola. ¿Qué te sucede?
- Solo…(Escuchen- Tessa, Steve Jablonsky)
- Solo quería despedirme.
- ¿Por qué?
- Le pedí a Dimitri la plaza que le había dado a Keila en suiza, aunque lo vi renuente, creo que es lo mejor.
- Pero eres su médico forense de confianza.
- Lo sé, pero sé que te vas a casar… me duele.
- Ahh, Darío…
- No, no digas nada, tengo en claro que fui quien te falló, que no supe valorar todo lo que hacías por mi, el cuidado y dedicación que me dabas y de la nada fui quien lo hizo todo mal.
- Darío… en verdad te mereces una buena mujer, sé que Keila lo hubiera sido, pero debes aprender que el amor no solo es a través del cuerpo, hay más cosas que te hacen amar a la persona.
- ¿Es lo que te pasa con Dimitri?
- Si, él.. él y yo somos uno. (pequeña risa) nadie lo entendería, pero tengo una familia con él.
- disculpa por no tener el valor para decirte que ya tenía a alguien mas y tu solo eras para tener seguro en caso de que no funcionara. Disculpa por haberte hecho sentir una mierda cuando yo me sentía insignificante. Disculpa por haberte engañado y no pensar en cuanto sufrías. Disculpa por haber hecho promesas que sabía que nunca cumpliré. Disculpa por haber fingido ser tu pareja e irme cuando mas lo necesitabas. En verdad Willow, me siento muy arrepentido por todo lo que te hice pasar.
- Solo, no estábamos hechos el uno para el otro.
- Te felicito por que no te dejaste caer, cuando pasó lo de Wellia, Francis, tu madre, ahora tienes una familia a tu lado, una familia que en verdad te mereces.
- Gracias. Que tengas un excelente viaje y recuerda algo Darío, somos dos personas que no pudieron ser lo que uno quería.
- Sé feliz, te lo mereces.
- Gracias.