Willow:
Máximo se detuvo frente a un rejado, miraba todo alrededor, esto no era un departamento, menos era una casa normal, era una gran mansión, el rejado empezaba abrirse lentamente, él me miró sonriendo, sonreí respondiendo ese agradable gesto. Los hombres que estaban en la puerta con grandes armas en mano…
Willow: Este es tu otro lado de la cara.
Máximo: Digamos que es mi verdadero yo.
Avanzó entrando por un sendero donde las luces estaban encendidas, un jardín de otro mundo que era tan lejano que daba unas vueltas y otras dejando verse una enorme casa, solo en verla debería tener como más de 10 habitaciones o más… Los hombres con armas estaban por todos lados, que era como tener un ejercito en todo este lugar. Mi asombro estaba en esa gran casa nunca había visto ni estado en una como esta.
Willow: ¿aquí vives?
Máximo: No, esta en la villa de Daemon, la mía está al otro lado.
Willow: ¿en verdad?
Asintió con la cabeza, se fue aparcando cerca de la entrada donde varias camionetas negras estaban en la entrada.
Willow: ¿Quiénes están?
Abrió la puerta bajándose, desabroché el cinturón de seguridad siguiendolo con la mirada, unos hombres con armas se acercaron, no sabía que les dijo pero bajaron sus armas asintiendo con la cabeza. Abrió mi puerta sosteniendo mi mano, me ayudó a bajar en todo momento, miró hacia abajo ladeando su cabecita angelical, este hombre no solo me dejaba sin aliento, con esa mirada me tenía rogando por sus besos y caricias… sostuvo la orilla de mi vestido bajando un poco.
Máximo: No me gusta que nadie vea lo que me pertenece.
Mordí mi labio inferior mirándolo fijamente.
Willow: ¿Te pertenezco?
Se acercó reposando una mano en el techo de la camioneta, mi cuerpo estaba acorralado sin poder parpadear. Su respiración demasiado cerca, pasó su mano detrás de mi nuca presionando un poco donde nuestros labios rosaban.
Máximo: fui el primero en tu vida. “eres mi creación” Eres mi mujer, eres mi deseo más profundo de mi ser… Quiero amarte cada día, al atardecer, cuando anochece y cada amanecer también disfrutar tu aroma y tu sabor, quiero aspirar en tu cabello y elevarme entre las nubes mientras el deseo crece, ese deseo de hacerte mía de manera total, y mientras la ropa se desvanece yo poseído por tu pasión, empiezo a sentir en mi alma indicios de ardor. Es que te siento, con todas sus palabras, y todos sus significados y cuando estamos en la intimidad se magnifica todo esto que sentimos, tú sueles ser mi ángel hermoso de mi cielo, yo tu lobo con celo endemoniado de mi infierno, buscando entre tus piernas, el infierno justo a mis pecados de desearte todo el tiempo, de querer tenerte a mi lado como al mundo vinimos. (bajando la mano deslizándose entre sus piernas hasta tocar su parte húmeda) mmm…
Entreabrí los labios tragando saliva al sentir ese juego maravilloso apretando mis piernas con cada movimiento que hacía, la intensidad de su mirada hacía mi cuerpo hasta temblar.
Máximo: No importa la hora, ni importa el papel que a veces en este drama interpretamos… A veces Caperucita se come al lobo y el lobo se vuelve sumiso, cuando tus ganas son tantas y tú humedad avisa de un rico invierno. En medio de esta hoguera, enloqueces y llueves magma divino, del mismo cielo por que la gloria está el alcance de mis dedos, cuando me dedicas tus gemidos. Un minuto sin ti es una vida perdida, un sueño soñado en vano por que no soporto el aire si es que no puedo respirar tus besos, eres la diosa entre mis dioses, la mujer a la que sinceramente deseo en mi cama día y noche y en los días que me queda de vida… y no sabe igual el mundo sin tu sabor en mi boca, cuando acoplados estamos Tú abierta de piernas, y yo tomando el vino que me hace desear este elixir de excesos.