Willow:
En todo el camino trayecto a un hotel no habíamos dicho ni una sola palabra, estaba tan pegada a la puerta que ni me movía mirando a través de la ventana. Mi reflejo decía el dolor de la pérdida de mi madre, de Wellia, Francis. Apartaba mis lagrimas con mis dedos tratando que ni se de cuenta, él solo mantenía la mirada hacia el frente en el camino.
Se fue aparcando lentamente, detuvo su auto apagando por completo, se desabrochó el cinturón de seguridad, pasé mi mano hacia el mío, soltando por completo, bajé la mirada. Muchas cosas pasaban por mi mente. Tener al supuesto asesino de Wellia junto a mi era muy difícil, no lograba buscar el por que no sería.
Máximo: ¿Cómo es que el auto que conducías está registrado a nombre de Darío?
Levanté la mirada hacia él… negué con la cabeza, hasta eso ya había investigado todo sobre el golpe de su camioneta. ¿Cómo no? Tiene tantas personas a su cargo por ser el director claro que no dejaría pasar lo que hice.
Respiré profundamente mirando hacia el frente. Podía sentir su mirada puesta en mí, que más podía pasar.
Willow: si hay algo que tenga que pagar, solo hágamelo saber. Tengo un poco de ahorros.
Máximo: No lo digo por eso, solo era curiosidad.
Desvíe mi mirada, este hombre cree que por ser quien es tenía que decirle toda mi vida con lujo y detalle, pues conmigo las cosas no funcionan de esa manera. Pasé mi mirada hacia la jaladera, la jalé queriendo abrir, pero tenía puesto los seguros. Rodé los ojos acomodándome en el asiento. Él sonrió negando con la cabeza, sostuvo el censor del auto donde los seguros se levantaron, abrí la puerta bajando de inmediato, estar cerca de ese hombre me hacía que hasta el aire me faltara, caminaba apresurada hacia la entrada de ese lugar. Escuché cuando activó la alarma, solo en ver este lugar no creo que necesite de cuidar su auto, me quedé parada sin subir los escalones, exhalé aire esperando que se acercara. Sentí su presencia junto a mi, dando unos pasos hacia un lado.
Máximo: Me rehúyes y no me gusta. Te he dicho que no tengo nada que ver con lo de tu hermana.
Asentí con la cabeza sin mirarlo, ¿Qué más podía decir? Habían muchas cosas que no cuadraban y a penas me voy enterando de lo sucedido y cree que de la noche a la mañana puedo confiar en sus palabras, sé lo que Wellia escribió. Sé lo que escuché en esa grabación.
Dio varios pasos hacia adelante caminando hacia la entrada, el portero le sonrió empujando la puerta entrando, se dio la media vuelta esperando a que me moviera. Levanté la mirada hacia este lugar, no parecía un hotel como otros que he conocido, subí las escaleras poco a poco, que me esperara, total lo que a este hombre le sobraba era tiempo.
Lo miré bajando la mirada, se hizo a un lado de la entrada, agradecía que no estuviera tan cerca… su móvil empezó a sonar. Revisó la llamada sonriendo, pasó de la llamada haciendo seña que me acercara a la recepción.
Recepcionista: Señor Di..
Máximo: Máximo Anel.
Recepcionista: Señor dijeron que vendría.
Miré a Máximo que la miraba en forma de advertencia.
Máximo: voy a registrar a la señorita Willow Zanetti, estará ocupando la habitación 55 del quinto piso.
La chica empezaba a teclear sacó su billetera entregando una identificación.
Máximo: Todo a mi cuenta.
La chica la tomó escribiendo más cosas sobre el registro, sostuve la mano de Máximo que se sorprendió cuando lo hice, hasta la chica se quedó ya sin mover un solo dedo, pasó su mirada hacia la chica, ella bajó la mirada siguiendo en lo que estaba, me miró levantando una ceja confuso.