Respiré profundamente, me acerqué hacia la ventana corriendo un poco dejando a la vista que había demasiados oficiales con los hombres esposados metiéndolos en los autos oficiales, sin duda se merecían eso y mucho más. Me parte caminando hacia las escaleras, levanté mi mirada subiendo uno a uno los escalones, mi corazón empezaba a latir tan fuerte llegando hasta el ultimo, miré hacia la puerta de la habitación de Wellia que ya ni las cintas habían en el piso, me acercaba sigilosamente hacia la entrada, me quedé muy quietecita empujando la puerta, la habitación estaba sin una sola marca de lo que había sucedido.
Se suponía que este lugar era de investigación, ¿Cómo pudieron dejar todo de esta manera? Limpiaron cada espacio, entré pasando mi atención hacia el baño, igual estada todo en su lugar, era como si nada hubiera pasado en el baño, nada de lo que estas personas intentaban en ocultar las cosas, pero los recuerdos de aquel día eran muy difícil de digerir, los tenía en mi mente como si los estuviera volviendo a recordar.
Se habían llevado su computador, su portátil, prácticamente todo, me acerqué hacia su escritorio, mis dedos rosaban delicadamente, abrí el cajón viendo que hasta su diario habían tomado sin mi consentimiento, cerré de mala manera, di un fuerte golpe en el escritorio, cerrando los ojos con tanta fuerza, número uno por resentir el dolor del golpe, segundo por que era todo lo que pudiera darme pistas de estas personas que le hicieron daño.
Levanté mi rostro hacia el techo negando con la cabeza.
Willow: ¿Por qué?
Me aparté saliendo de la habitación, me dolía estar en ese lugar. Caminé hacia la habitación de mi madre, mi madre que no se tenía la culpa de nada, abrí la puerta respirando profundamente, pero solo se sentía el aroma de limpio, no habían dejado ni su aroma, ni su esencia estas personas. Me acerqué a la mesita de estar viendo nuestras fotos, tomé una sonriendo.
Willow: fuimos tan felices… y no lo sabíamos.
Abracé con fuerza el retrato, mis lagrimas se deslizaban con una lentitud llenas de dolor, un dolor tan insoportable que en mi mente pasaba lo peor que cualquier persona se podía imaginar, por una parte acabar con este sufrimiento de mi vida y por otra parte saber que no lo podía hacer, tenía que dar con estas personas, no me importaba si me tomaba el tiempo indefinido, pero no los iba a dejar por la vida haciendo de las suyas con inocentes que no se tenían la culpa de todo lo que les hacían. Si en mis manos estaría dar con ellos entregándolos a la policía, lo haría sin miedo. Así me tenga que tardar mil años lo haría.
Dejé la foto en su lugar, cada momento tomado tenía un momento de ser. Todo era reciente y claro que aquí, en este lugar es donde traería sus cenizas, en su hogar donde el tiempo era mágico para las tres.
Salí de la habitación caminando lentamente en la mía. Abrí la puerta levando mis manos a la cremallera del vestido, lo deslicé lentamente, me urgía una muy buena ducha, entre la sangre, el dolor y hasta la tierra, era justo y necesario, deslicé el vestido dejando que cayera al piso, lo aventé hacia arriba con uno de mis pies sosteniéndolo, lo arrojé de mala manera en mi sillón.
Entré al baño, mirando la tina, odiaba el simple hecho de verla allí…
Willow: Me desharé de ti. Mañana mismo te mando a quitar.
Pasé mi mirada hacia el espejo, viendo los golpes que me dio ese tarado, mis dedos presionaron un poco cerrando un ojo ante el dolor tan fuerte, hasta su chipote tenía. Rodé los ojos, no tenía en claro como de un momento tan placentero con Máximo, pasó a dar ordenes a sus matones que acabaran conmigo. Las intenciones de esos hombres eran llevarme de regreso con él y hacerle pagar todo lo que le hice a su auto, que ni debía tener ni una sola raspada ni nada. Lo cuidé como si hubiera sido él mismo.