Willow:
(Escuchen- Darkness, Thomas Bergersen)
Me bajé del taxi pagando el viaje.
Taxista: Gracias por el viaje señorita.
Asentí con la cabeza, mi corazón cada vez latía con mucha fuerza, reposé mi mano tratando de controlar lo que estaba sintiendo, tragué saliva, iba subiendo los escalones, el hombre de seguridad me miró levantando una ceja, tomé el móvil viendo que marcaba las 12: 10 am, Máximo tendría que estar cumpliendo su guardia.
Seguridad: Señorita…
Willow: El doctor Máximo me solicitó por una documentación.
Seguridad: Pero el señor ya se fue.
Entrecerré mis ojos, negué con la cabeza, otra mentira más de este miserable. Sonreí amistosamente, aunque el de seguridad empujó la puerta dejando libre el paso estaba atenta mirando por todos los lados, estaba un poco vacía la sala de espera, no había tanto movimiento como en la mañana, pero esto era mejor así, menos personas.
Caminé hacia la recepción que estaba vacía, hasta parecía mi día de suerte, me fui por el pasillo de los ascensores, las puertas se abrieron salieron unos cuantos doctores, pasé al lado de ellos, estaba el médico que me había topado varias veces mientras estaba aquí. Él me sonrió, entré al ascensor, viendo que detuvo las puertas.
Doctor: Se supone que la administración es en las mañanas.
Willow: Lo sé, dejé pendientes y me las solicitaron.
Soltó la puerta haciendo un saludo como si fuera un soldado. Las puertas se cerraron, oprimí el ultimo botón del ala 10, nunca había trepado allí, no sabía que había y menos que si había la super vigilancia o no sé que tanto podía encontrarme.
Rezaba a todos los santos que conocía que no se me complicara absolutamente nada. Pero es donde me daba cuenta que este lugar no era lo que aparentaba ser, esto no era un simple hospital donde personas enfermas venían, no señor, esto esta otra cosa, hasta podía decir que hacían experimentos, o que sé que podía pasar por mi mente.
Levanté la mirada, parecía que esta cosa no subía. Se removió deteniéndose por completo. Tragué saliva dando pasos hacia al frente, las puertas se abrieron, entreabrí mis labios al ver este lugar que era completamente un ala vacía pero con demasiada luz. Levanté mi mano cubriéndome por la intensidad de la luz, salí del ascensor que de inmediato se cerraron las puertas… bajé mi mano caminando por donde Dios me dio entender, no había ni un solo mueble, ni una sola silla, ni recepción ni médicos enfermeras ni una sola asistente. Visualicé una mesa a un lado con una portátil, me acerqué mirando hacia atrás, no fuera aparecerse alguien y que llamaran a Máximo, solo de imaginar que me haga en este lugar… Negué con la cabeza, caminé hacia la portátil rodeando la mesa, la portátil, estaba encendida, me acerqué presionando una tecla. La pantalla se quedó en color negro… rodé los ojos pasando de ello, me giré sin apartar la mirada de la portátil, pero la volví a ver viendo algo extraño en las teclas. Me acerqué detenidamente.
Willow: Sangre entre las teclas.
La levanté un poco revisando, era lo más extraño que podía haber visto, la dejé en su lugar, al dejarla, noté que se estaban desplegando muchas ventanas con información, información que no entendía ni un maldito carajo. Pero leía un poco, hablaba de inteligencias artificiales, sistemas nerviosos diferentes a las demás personas. Pastillas con nombre de Paraíso Adán y Eva. Cargos obtenidos por mafia conspiratoria, sectas… Bahh!! Nada de mi interés.
Me aparté caminando un poco, mi atención se fue hacia una puerta de cristal, me acerqué a ella quedando frente, miré hacia un lado que en efecto, había un sistema de lector ocular. Me acerqué cubriendo mi rostro a los lados reposando mi cara en la puerta, quería ver, lo que pudiera haber dentro pero no se veía nada.