Willow:
(Escuchen- Million Years Ago, Adele)
DIN!! DON!!
Di dos pasos hacia atrás, respiré profundamente, esperaba que ya haya llegado y poderme ir sin tardar tanto aquí. Miraba hacia la puerta escuchando que la puerta se abrió. Sonreía al ver a Darío con una toalla en la cintura.
Willow: Lo siento… Espero.
Darío: Pasa.
Willow: No, espero aquí.
Darío: No seas niña, entra.
Asentí con la cabeza, él abrió más la puerta, cediendo el paso, miré por ambos lados, de cualquier lugar pudiera salir Keila. Me detuve en medio de la sala, todo estaba tal y como siempre lo había visto.
Darío: Keila no está. Así que tranquila.
Willow: aunque estuviera, no pasa nada.
Cerró la puerta, caminó hacia su habitación, me acerqué hacia donde estaban todos sus fotos de recuerdo, sonreí al ver que aun estaban varias de las nuestras, no sé si Keila no había pedido que las quitara, pero si fuera mi caso, yo si se lo pediría. Tomé uno de los retratos, nuestras sonrisas donde eran felicidad, donde los dos fuimos cómplices de tantas juntos, recuerdos que solo eran recuerdos.
Darío: Debes odiarme.
Dejé la foto dando media vuelta, lo miré sintiendo un dolor pero no como que sintiera algo por él a estas alturas. Más bien por darme cuenta que Darío nunca valoró nada de lo que tuvo conmigo, prefirió ocultarme cosas antes de hablar con la verdad.
Willow: ¿odiar a mi ex?
Reí un poco cubriendo mis labios, negué con la cabeza acercándome hacia él, él devolvió el gesto con una encantadora sonrisa, Darío siempre fue comprensivo hasta cierto punto, nunca tuve ni un mal momento, por el contrario, de él tenía su atención pero esa atención quizá era para tratar de ocultar lo sucedido con Keila.
Willow: No podría... no podría odiar al niño que a pesar de todo un día me causó una sonrisa y me hacia sentir bien, jamás podría odiarte, por que en algún momento de mi vida, fue mi todo.
La sonrisa de Darío se iba borrando poco a poco, bajó la mirada, negando con la cabeza.
Darío: Te hecho mucho daño Willow, cosa que en verdad no te merecías, nos íbamos a casar.
Willow: Bueno eso es cosa del pasado.
Levantó la mirada, sus ojos brillaban por la poca luz que entraba.
Darío: Willow, a veces hay cosas que es mejor que uno no se debería enterar.
Willow: Lo dices por lo que quiero saber.
Se apartó de la pared caminando hacia la cocina, abrió la nevera sacando su jarra de jugo natural, sonreí viendo que ya tomaba el jugo natural que tanto detestaba, la dejó en la meseta girando tomando dos vasos, me acerqué sentándome en una de las bancas. Servía ambos vasos.
Darío: Lo digo por todo. Lo de Wellia, lo de tu madre, tú con Máximo. Por que estas con él. ¿cierto?
Me entregó el vaso, lo sostuve bebiendo no queriendo que se terminara.
Darío: No necesitas decir nada.
Bajé el vaso mirando hacia él. Dejé el vaso sobre la meseta.
Willow: Lo que hay entre Máximo y yo… es… amm, difícil de explicar.
Darío: No es difícil, pero te diré una cosa. La muerte de su esposa fue un golpe muy fuerte para él, le costó mucho trabajo sobreponerse, por eso de que de la noche a la mañana esté cerca de ti… en verdad Willow, me preocupa.