Capítulo XVI

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Khroro y Thomas llevaron sus dedos índices a sus bocas al unísono mientras los demonios se abalanzaban sobre ellos. La luz de la transformación de los caballeros cegó a los demonios, quienes se vieron obligados a retroceder. En ese momento, las armaduras de los caballeros se materializaron. Khroro portaba una hermosa y reluciente armadura dorada, con hombreras de forma cóncava, simulando corazas, con extremos en forma de rayo. En su mano derecha portaba una larga lanza también dorada y un aura de ese color rodeaba la silueta del chico. En tanto, la armadura de Thomas era menos vistosa que la de su compañero. Su armadura era de color verde, sin hombreras ni brazales. Tenía un casco en forma de calavera, unas alas metálicas sobresalían de su espalda, el peto era macizo y resaltaba su trabajada figura, y sus musleras contaban con finos pinchos. Portaba además una enorme hacha que utilizaba como arma. Los 9 Demonios del Apocalipsis no tardaron en retomar su ataque hacia los caballeros, quienes tomaron posiciones defensivas. Khroro generó chispas eléctricas con su mano izquierda y las lanzó contra los demonios que lo atacaban para mantenerlos a cierta distancia. Thomas en tanto comenzó a girar el hacha a gran velocidad sobre su cabeza hasta generar un enorme torbellino alrededor de él. Los demonios chocaron contra el torbellino y retrocedieron sin poder atravesarlo. Los caballeros se separaron, separando así también a los demonios. Ceres, Diana, Vulcano y Vesta fueron tras Khroro, quien les lanzaba chispas de electricidad sin éxito. Mientras tanto, Marte, Mercurio, Neptuno y Apolo fueron detrás de Thomas. La única que no se movió fue Venus, quien se quedó en lo alto de un montículo de escombros para observar ambas batallas.

Khroro se posicionó en un área despejada. Se volteó para mirar a sus perseguidores y con un chasquido de dedos lanzó rayos hacia los demonios. Estos se posicionaron detrás de Ceres, quien con su enorme cola metálica golpeó el suelo y levantó un montículo de tierra que bloqueó los rayos eléctricos del caballero. Vulcano saltó desde el montículo creado por Ceres y desde el cráter en su pecho le lanzó una roca ardiendo en magma a Khroro. El chico dio un salto hacia atrás para evitarlo, pero el choque de la roca con el suelo levantó un humo que le impidió al caballero ver la aparición de Vesta. La demonio desplegó unas garras enormes y atacó a Khroro, quien la esquivó a duras penas, recibiendo un rasguño en su mejilla izquierda. Movió la lanza para golpear a la demonio con la parte filosa pero la velocidad de la gata era tal, que en un pestañear volvió a posicionarse detrás de Ceres. Khroro retrocedió y golpeó el suelo con la base de la lanza, generando chispas eléctricas más intensas que los demonios lograron esquivar sin problemas. Diana, la sirena, hizo aparecer una lanza más grande que la de Khroro, y desde la punta de esta le lanzó un rayo de hielo que congeló los pies del caballero. Antes de que pudiese romper el hielo, Vesta lo volvió a atacar, sacando está vez dos dagas con las cuales cortó levemente los brazos del chico, justo en la parte sin armadura. Khroro lanzó un grito de dolor y volvió a chocar el suelo con la base de su lanza para romper el hielo. Volvió a tomar distancia mientras observaba los cortes en sus brazos. Le estaba resultando más difícil de lo esperado mantener una pelea con cuatro demonios a la vez, y Thomas se encontraba en las mismas condiciones.

El robusto guerrero había llevado a sus persecutores a un área llena de escombros y lanzaba los enormes trozos de cemento contra los demonios. Marte, el toro, estaba recibiendo todos los trozos con sus corpulentos brazos mientras los otros tres demonios aguardaban agazapados. El primero en moverse fue Apolo, quien desplegó sus alas de fuego para elevarse y desde el aire lanzarle bolas de fuego a Thomas. Este desvió los ataques con su hacha pero en ese momento, Mercurio lo embistió y sacando su filosa espada atacó con un corte que la resistente armadura de Thomas aguantó sin problemas. El caballero se volteó para atacar al demonio mitad lobo pero Neptuno utilizó su tridente y, aprovechándose de la lluvia, encerró a Thomas en una esfera de agua y lo azotó contra el asfalto, dejando al caballero momentáneamente con la respiración entrecortada.

La feroz batalla entre los Caballeros de la Realeza y los Demonios del Apocalipsis había iniciado bajo la intensa lluvia.     

Los Caballeros de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora