Capítulo XL

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Draco cayó de rodillas tras recibir el impacto del relámpago de Júpiter. Se tomaba el hombro, intentando inútilmente detener el sangrado, mientras comenzaba a sudar más que antes. Rápidamente, Lancelot y Nívea se posicionaron delante del pelirrojo para protegerlo de un futuro ataque, pero Júpiter ya no le prestaba atención a ellos. El líder de los demonios se había volteado y juntado con Vesta y Marte.

—Hermanos, necesito que vuelvan al Infierno, sobre todo tú Vesta —Le decía Júpiter a sus compañeros mientras le daba la espalda a los caballeros. Lancelot puso atención a la conversación de los demonios—. Tenemos todo listo para que alcances el nivel perfecto, así que no pierdan más tiempo aquí.

—¡Pero me estaba divirtiendo! —reclamó Vesta, inflando sus mejillas como lo haría un niño pequeño. Marte también reclamaba.

—¡Estaba probando mis nuevos poderes, no puedes interrumpirnos a media pelea hermano!

—¡SUFICIENTE! —gritó, enfurecido, el demonio mitad águila. Lancelot y Nívea intercambiaron miradas al ver como los demonios se sometían ante su líder—. ¡Se van ahora mismo al Infierno! —ni Marte ni Vesta volvieron a reclamar. Júpiter los había intimidado con sus gritos y habían agachado la cabeza. Acto seguido, Júpiter creó un portal oscuro que el toro y la gata cruzaron rápidamente. Júpiter se disponía a cruzar el portal, cuando un grito lo obligó a detenerse.

—¡No escaparán!

Lancelot corría velozmente hacia el demonio, arrastrando su espada por el suelo para luego dar un corte diagonal corta distancia del águila. Júpiter se volteó y rápidamente contuvo el ataque con la palma de su mano. Lancelot abrió grande su ojo, sorprendido por como el demonio había contenido su ataque sin mayor esfuerzo. Retrocedió, mientras Júpiter hacia desaparecer el portal a su espalda.

—Supongo que una sabandija no entiende las diferencias de poder entre nosotros... —murmuró, fulminando a Lancelot con la mirada. El caballero no retrocedió ni se intimidó; por el contrario, le sonrió de manera desafiante mientras su ojo negro se volvía de color blanco y un aura negra rodeaba la silueta del chico. Había decidido utilizar desde un comienzo todo su poder contra Júpiter, no tenía más opciones que dar el 100%.

—No se irán sin pagar por lo que le hicieron a Thomas —La voz de Lancelot se fue distorsionando a medida que su sombra comenzaba a emerger del suelo. La sombra de Lancelot se posicionó a su lado, blandiendo una espada negra, lista para pelear.

—Veamos qué tan fuerte es el Caballero de la Realeza más poderoso... —Júpiter sonrió ampliamente mientras un aura dorada comenzaba a rodearlo. Chispas eléctricas comenzaron a emerger por todo su cuerpo. La tierra comenzó a temblar bajo los pies de ambos peleadores debido al poder que ambos emanaban. Nívea tomó a Draco por debajo de su brazo bueno y lo apartó del campo de batalla.

—Tenemos que ayudarlo —Draco intentó colocarse de pie sin ayuda de la mujer, pero cayó de espaldas y la sangre brotó con mayor intensidad de su hombro herido. Nívea se agachó junto a él y comenzó a sacarle las hombreras de la armadura.

—Tú ya no puedes pelear... además es Lancelot, sabes que es muy fuerte —Le dijo, buscando calmar al pelirrojo. Draco desvió su mirada.

—Claro, siempre ha sido tu preferido... —reclamó molesto. Nívea se quedó mirándolo unos segundos, tragándose sus palabras para no discutir con el pelirrojo y se enfocó en tratar de curar su herida.

En el campo de batalla, dos inmensas esferas comenzaban a chocar mutuamente. Se trataba del poder que Lancelot y Júpiter expulsaban; los poderes de la oscuridad y la electricidad. Ambos poderes eran similares; ninguno se dejaba ganar por el otro. Caballero y demonio se miraban fijamente, sin pestañear, esperando el momento idóneo para atacar. Júpiter tenía una sonrisa arrogante en su rostro y sus ojos brillaban levemente, Lancelot en cambio tenía un semblante serio. Pedazos de roca comenzaron a desprenderse del suelo, a medida que el poder de ambos aumentaba. Una roca se elevó entre ambos contrincantes y se deshizo frente a los ojos de los dos. En ese momento, comenzó la pelea entre el demonio y el caballero más fuerte. 

Los Caballeros de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora