C u a t r o

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He pasado la noche ahogándome en lágrimas, que evitando sollozar para evitar que alguien más sepa de mi dolor.

Aún sigo sin hablarle a mis amigos no quiero preocuparlos, ellos ya tienen suficiente con sus problemas como para tratar de ayudarme a salir adelante, de nuevo.

Amanece y, con ello, se acerca aún más el momento de cerrar capítulo... o al menos de intentarlo. Ni siquiera quiero mirarme al espejo porque sé que tengo unas ojeras que cualquiera se asustaría de tan sólo verme.

Me siento en el borde de la cama y siento que todo me da vueltas. La verdad es que me estoy mintiendo al decir que voy a enfrentarla. Tengo miedo, si... lo tengo porque escucharé una versión distinta a la mía con respecto a esto y no tengo claro de si ese versión es objetiva. Es simplemente es una versión más.

Voy a la ducha para lavarme la cara y tratar de arreglarme —para que no me vea tan mal— y poder enfrentar lo que se venga con la cara en alto.

[...]

Soy un cobarde.

Estoy frente a la puerta desde hace media hora y no tengo el valor de llamar a la puerta. Me siento como un cachorro mal herido y a la espera de su fatal destino.
Tal vez debería huir, si... Es mejor que me vaya antes de que...

—¿Pablo?

¡Mierda!

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora