T r e i n t a i u n o

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—Necesito irme a cambiar Pablo —susurro mientras me mantiene pegada a su cuerpo. No es algo que me desagrade, al contrario, pero tengo que irme a trabajar. Y no quiero que Mariola me regañe en mi segundo día de trabajo.

—Yo soy tu jefe y te digo que puedes quedarte conmigo todo el día —responde con firmeza.

—Firmé el contrato con Mariola.

—Pero a quien vas a acompañar y revisar su agenda es a mí, el inmediato es ella, pero el que dice si te quedases o te vas, soy yo.

—Ahora eres un autoritario —espeto molesta, me incorporo y él hace lo mismo. Me meto al baño a cambiarme de ropa.

—Mel... es una broma —salgo del baño, voy al salón a buscar el resto de mis cosas. Es tarde y tengo que ir a trabajar, aunque esté saliendo con mi jefe.

—No me hagas reír Pablo —respondo mientras voy de camino a la puerta— que tengas buen día.

Trato de abrir la puerta, pero siento su cuerpo aprisionarme y así cerrar la puerta. Estoy de espaldas a él y prefiero no girarme.

—Así que te enojas rápidamente, además de que eres muy independiente —susurra y mordisquea mi oreja derecha— me encanta.

—¿Qué rayos...?

—Sólo quería conocer tus reacciones al salir con tu jefe —esta vez si que me volteo y miro la sonrisa burla dibujada en su rostro.

—¡Eres un idiota! —le grito.

—Soy tu idiota —mueve unos mechones que caen por mi frente. Busca mis labios para besarlos.

¿Qué tan fácil puede ser derretirse por él?

—No eres normal, cualquiera preguntaría esas cosas en una cita, no en una especie de prueba.

—Por si no te has dado cuenta, soy diferente a cualquiera —besa mi nariz— me gusta sorprender a mi pareja.

—Tu ex es una tonta —digo—. Es increíble que no haya visto más allá del problema de la maldita distancia. Eres muy bueno...

—Espero que sigas teniendo esa idea de mí. Anda... te llevo a tu casa.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora