C i e n t o d i e c i s é i s

151 19 8
                                        

Madrid

Melissa

Después del desastre en mi tierra, regreso a la capital. Pablo siguió su camino a Málaga para descansar un par de semanas y regresar al trabajo. Mientras tanto, nosotros vamos a empezar con las juntas, negociaciones con patrocinios y estar al tanto de la pos-producción del disco.

Que por cierto, aún no le pone nombre.

Me cuesta despertarme, en las mañanas, sin tenerlo a mi lado. En las noches me siento sola sin él. Su ausencia me mata, pero es justo que esté con su familia. De todas formas, en la gira compensaremos estos días de soledad.

—¡Chicos, buenos días! —saluda Mariola— tengo un anuncio que hacerles. Tenemos un nuevo jefe de marketing. Se llama Óscar Almeida y empezará hoy a trabajar con nosotros. Espero que se lleven bien con él.

Alzo la mirada y mis ojos no se apartan de él. Es alto, de cabello castaño oscuro, casi negro, rizado, ojos verdes y piel morena. Debería ser modelo en vez de ser diseñador gráfico.

Mariola manda a todos a sus puestos y me llama para que me presente ante él. De cerca es más guapo. En uno de sus antebrazos tiene un tatuaje, es lindo. Me recuerda a que Pablo está indeciso si hacerse uno. Lo extraño tanto.

Y comparándolo con mi novio no es tan hermoso.

—Mucho gusto, Melissa. Mariola me ha hablado mucho de ti.

—Al menos ya no soy la nueva —los tres empezamos a reír.

—Bueno, vamos a tener una pequeña junta los tres. Hay que ponerte al día con los asuntos, Óscar.

Fue una junta larga, falta poco para que todo esté listo para empezar a correr las noticias del single y empezaremos por la elección. Por eso Pablo vendrá en unos días, junto con Salva, su hermano mayor. Así que, por ello, tuvimos que empezar a hacer las primeras estrategias de publicidad, empezando por las negociaciones con Samsung.

Cuando salimos, ya casi era hora del almuerzo. No creo que tenga tiempo ya de ir a mi restaurante favorito, así que voy a la cafetería que está enfrente.

—Te invito a comer —dicen a mis espaldas, me sobresalto—. Perdóname, no quería asustarte.

—No, tranquilo —sonrío—, es que estaba pensando en donde almorzaré.

—Bueno yo iré al café que está enfrente, sirven buena comida ¿Vamos? Así me platicas un poco más de mi nuevo jefe.

No sé por qué, pero no puedo negarme. Así que vamos juntos a comer.

Lo que no sabía Melissa, es que justo en ese momento, Pablo la estaba llamando. Le tenía una sorpresa. Él acaba de llegar a Madrid.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora