O c h e n t a i c u a t r o

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No puedo creer que esté aquí, después de dejarme hundido, de hacerme sentir que no puedo estar con nadie. Aquella que se echó las culpas de todo ¿Qué es lo que hace frente a la puerta de mi casa en Málaga? 

—Me puedes explicar qué demonios haces aquí —trato de ocultar mi ira, pero es inevitable sentirlo... pasé tres años de mi vida con ella, para que en una mañana, terminara por dejarme. 

—Yo... sé que es un error que venga a tu casa, ya cuando no somos pareja pero... eres la única persona en la que puedo confiar —me dice algo perturbada. Le miro a los ojos y en ello noto miedo. 

Decido invitarla a pasar... le llevo hacia la sala y dejo que se siente mientras le ofrezco algo de beber, tímida me pide un vaso con agua. Después de tomar un sorbo, veo que respira profundamente y tiembla. 

—Sé que estarás preguntándote el motivo por el que estoy aquí y todo eso. No es para que volvamos... tampoco es por algún drama, simplemente estoy aquí porque eres la única persona en la que puedo confiar. Sabes que hace más de cuatro años que mi padres murieron y que soy hija única. No tengo a nadie y tengo mucho miedo —sus palabras me intrigan un poco más, no ha pasado más que casi tres meses desde que terminamos ¿Qué tanto ha pasado en ese tiempo con ella? Su mirada afligida me conmueve, a pesar de todo... le tengo cierto cariño y si acude a mí, es porque realmente me tiene confianza. 

—Yo... ¿Qué es lo que te ha pasado? —baja la mirada y yo trato de descifrar sus movimientos. 

—Me alejé de ti, creyendo que era lo mejor. En ese momento estaba bien, me sentía libre. Un amigo me dijo que se había enamorado de mí y yo... creyendo que lo que quería era un nuevo amor... me dejé llevar por ello e iniciamos una relación. Yo... a medida que pasabas los días... él... me golpeaba —no dejo que diga nada más, me acerco a ella y la abrazo con fuerza. No puedo entender cómo pueden existir hombres que se dediquen a lastimar a las mujeres y peor aún si se trata de sus parejas o de sus familiares. 

—Tranquila... ya todo estará bien... yo te ayudaré —susurro mientras acaricio su cabello, solloza sin parar y miro la pulsera que me ha regalado Melissa. Quizás en otro momento la ira hubiese ganado, pero ahora... lo único que me hace actuar como lo hago en este momento es por mi pequeña de ojos violeta. 

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora