S e t e n t a i t r é s

229 32 18
                                        

¿Quién diría que la respuesta a los problemas del día los encontraría en el baño?

Eso algo que en un instante va a pasar...

Cristina había notado el semblante de su amigo endurecerse al ver su móvil. Es claro que se trataba de Melissa, la mujer que había cambiado su mundo. Cree que ya ha sido suficiente castigo para la pobre chica. Por lo que decidió hacerles un favor.

Sabía que estaba allí, claro que sí. Por lo que decidió ir al servicio; esperando que la chica también fuera. El instinto no falla.

Estaba arreglándose el peinado y a punto de retocarse el maquillaje cuando la vio entrar. Tenía fuego en la mirada y parecía que quería matar al quien se interpusiera en su camino.

—¿Quién te crees que eres para estar así con mi Pablo? —reclama Melissa. Cristina guarda sus cosméticos, prefirió no retocarse.

—Me llamo Cristina, mucho gusto.

—No me importa quién seas, lo único que quiero es que te enteres que él es mío.

<<Igual de pasional que Pablo, tomando en cuenta que también dijo que era "su Melissa">>

—No tengo interés en tus reclamos ni en tus celos —contesta, tomando la decisión de actuar como la otra. Corría un gran riesgo, pero tenía curiosidad por saber qué tanto es capaz por defender lo que es suyo— sólo estoy aquí para pasar un rato agradable con él. Ya sabes, tomar vino, platicar un rato, ir a su habitación y quién sabe —se muerde el labio— quizás pasar la noche juntos.

De sólo imaginarse a Pablo en brazos de ella  la hace rabiar, aprieta los puños en señal de furia y se acerca. Se dijo mantenerse en calma, sin embargo, su imaginación haciendo escenas de ellos, juntos, la están superando.

—¡Cómo te atreves a estar con un hombre que ya tiene pareja! —la mira con rabia— si pretendes que me quede con los brazos cruzados al ver cómo te llevas a mi hombre a la cama, estás muy equivocada.

Sonríe con suficiencia, como si fuera la poca cosa.

—Me atrevo, porque hay que pagar con la misma moneda. Tú has besado a otro y, si conoces lo suficiente a Pablo, sabrás que no tolera ningún tipo de engaño, aunque sea un beso.

<<Le contó, le dijo lo que pasó entre nosotros ¡Cómo le odio!>>

—Lo que haya sucedido o no es cosa de nosotros. No debes meterte.

—Me intereso por ello porque le quiero.

Melissa se queda sin palabras ante lo que esa mujer ha dicho. Le quiere, quiere a Pablo.

—No te voy a permitir que lo arranques de mi lado. Lo amo, más de lo que alguna vez he amado y no voy a rendirme tan fácilmente. Quizás ahora esté cenando contigo, pero la que dormirá en sus brazos, seré yo. Quedas advertida —esta a punto de irse cuando ella pronuncia su nombre. Ella se gira con molestia— ¿Qué quieres ahora?

—Decirte que ya ha sido suficiente castigo para ti. Pero... por ahora, creo que el que necesita ser castigado es mi amigo Pablo ¿Por qué no le damos una lección sobre... las tensiones?

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora