S e t e n t a i s i e t e

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La ropa, esparcida por la habitación. La temperatura había descendido tanto después del éxtasis que vivieron, sus cuerpos estaban entrelazados debajo de las sábanas. Uno de esos cuerpos, permanecía despierto, perdiéndose en la piel de la otra persona. 

No saben qué hora es, pero no les importa, bueno a Pablo no le importa. Estaban durmiendo juntos, después de volverse a entregar sus cuerpos. Hasta que él abrió los ojos y la miró, sonríe al verla dormir abrazando su torso y con su cabeza apoyada en el pecho. Le parece la imagen más bonita del mundo. Deja una de sus manos sobre su cabello y la otra en su espalda.

Se aferra a él un poco más y enreda sus dedos en las hebras de cabello.

—Maravillosa —susurra— eres perfecta.

Besa su frente. Nunca había pensado tener ese grado de intimidad con la mujer que tiene a su lado. Creía haber conocido todo sobre el amor con Claudia, pero la realidad es que con Melissa estaba experimentando nuevas sensaciones.

De repente, unas manos traviesas recorren las marcas que han quedado en su torso por el ejercicio y unos besos en el pecho.

Levanta la mirada, sencillamente es más hermosa cuando duerme en sus brazos.

—Hola hermosa.

—Hola guapo —sonríe— ¿Has dormido?

—Mmm... he admirado tu cuerpo por un rato. Estás preciosa, no puedo dejar de mirarte, ninguna mujer me hecho sentir lo que tú —susurra.

—Te amo

—Yo también mi amor. Lamento haber actuado así y rechazar el ir a Málaga —roza su pecho— no quisiera volver tan pronto a España.

—Hemos sido unos tontos, pero prometo que respetaré la decisión que tomes. Le diré a Hope que no es necesario que vayas... osea... que en vez de obligarte a ir, te den tus vacaciones y decidas si vas o no. Fui muy impulsivo...

—Me dejé llevar por su amabilidad.... creí que era lo mejor y bueno... nos perdimos la tarde. Podríamos haber pasado el resto del día en Xochimilco.

—Será en otra ocasión pequeña gatita.

—¿Por qué me dices así?

—Eres dulce, tierna y salvaje. Eres adorable.

—Tonto... —ríe.

—A la próxima vez que regresemos, pasaremos todo el tiempo juntos... te extrañaré.

No por mucho tiempo, mi amor. Piensa ella, la verdad es que ya estaba pensando en sorprender a Pablo dos semanas más tarde, es cuestión de cumplir cabalmente con todo lo que le indique sus superiores.

Después de un rato de mimos y caricias... ella está empezando a ceder ante el sueño.

—Te quiero —susurra antes de cerrar los ojos. Y él... con una sonrisa, la acompaña.



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