Broken

S e s e n t a i s é i s

Melissa

Perdona por lo que pasó anoche Meli, no estaba consciente de lo que hacía. Aún así, sobre lo que siento por ti es cierto ¿Podríamos vernos más tarde?

Leo el mensaje dos veces antes de bloquear la pantalla de mi móvil. Pablo está muy pendiente de la circulación y esperando a que el semáforo diera la indicación de seguir.

No quiero estar cerca de Mauricio, no ahora que Pablo y yo nos hemos reconciliado.

—¿Pasa algo cariño?

—Es que... no sé si decírtelo.

—Melissa... —respiro profundamente ¿Por qué no debería confiar en mi novio? Por supuesto porque lo matará a golpes.

—Júrame que no te dará un ataque de celos e irás a matarle —se estaciona a dos cuadras del hotel y me mira con intensidad.

—¿Qué te hizo?

—Pablo... —resopla—. Quiere que nos veamos más tarde para disculparse por lo de anoche.

—Y, me imagino, declararte su amor porque, según él, estás soltera.

—Te dije que no te alteraras.

—No me estoy alterando, sólo dejo las cartas sobre la mesa.

—Pues no estás ayudando con tu estúpido ataque de celos.

—No es estúpido —toma mis manos—. Entiéndeme, amor, ese hombre quiere mucho más que tu amistad pero quiere...

—Lo que tú le dijiste a Lolo.

—¿¡No vas a cansar de reprocharme por ello!?

—Simplemente estoy... —no alcanzo a decir más porque siento sus labios presionando los míos.

—Necesitaba callarte a besos y ahora quiero pasarme a tu asiento y demostrarte lo mucho que te amo... pero... me quedaré con las ganas, de momento —tengo los labios hinchados por el beso tan salvaje que me ha dado; el corazón me late con mucha fuerza. Insisto se ve tan tierno cuando se pone celoso. Aunque tenga ganas de matarlo.

—Deja que lo vea, Pablo. No puedo dejar las cosas así.

—Es que no...

—Sé defenderme sola. Por ahora, vayamos a comer y después le veré —bufa y retoma el camino al hotel. Mientras que yo le mando la respuesta a Mauricio.

Nos vemos en una hora y media, en el restaurante del hotel. Mientras no.