T r e i n t a i c u a t r o

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Melissa

—Excelente elección Melissa —susurra Pablo al escuchar lo que pedí. Después de que alejara su mano de mi muslo me he sentido muy rara, como si me faltara algo.

Decido levantarme para ir al baño. Estoy segura de que despejarme un momento del hombre que se sienta a mi lado me hará bien.

De pronto siento un brazo rodeando mi torso y atrayéndome a su cuerpo. Siento unos dientes mordisquear mi oreja.

—Te dije que encontraría un momento para comerte a besos —susurra. Lentamente desciende a mi nuca dejando suaves besos.

—Pablo... nos pueden ver.

—Tranquila preciosa, los demás están muy pendientes de la comida. Así que podemos estar un rato aquí.

—Alguien más nos puede ver. No eres un hombre común.

—Tienes la razón, pero tú tienes algo que hace que haga estas cosas —me giro para ver sus ojos, que brillan con tanta intensidad... tal como aquella noche. Me pongo de puntillas y fundo mis labios con los suyos.

Su boca baila al mismo compás que el mío, sus manos están en mi cabello y cintura. La forma en la que me besa es maravillosa, jugamos a ser el dominante hasta que nuestro cuerpos piden aire.

—Pablo... me estás volviendo loca —susurro al separarme.

—Y tu a mí, me estoy perdiendo en el violeta de tus ojos —y creo que yo en el café de los tuyos.

—Creo que... debemos irnos... seguro alguien se preocupará y no sé cuánto tiempo hemos pasado aquí.

—Tienes razón. Es mejor que vayas tú primero y luego yo ¿Quieres ir de nuevo a... ? —poso un dedo en sus labios.

—No... eso lo hablamos por mensaje. Pero creo que esta noche no iré a tu departamento. Dijimos que paso a paso.

—Vale... —susurra— antes de que te vayas... ¿Me permites besarte nuevamente?

—Eres increíble, baka. —me atrae a él y me roba un beso. 

—Para tu conocimiento... sé un poco de japonés... Nos vemos luego, preciosa.

Con las mejillas sonrojadas me voy hacia la mesa en la que estoy.

—¿Por qué tardaste tanto? —pregunta Mariola.

—Es que... me quedé platicando con una chica...

Si platicar se le puede decir a comerle la boca a mi jefe.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora