Pablo
—Tu mamá es encantadora —comenta mientras le abro la puerta del coche.
—Porque le he comentado sobre ti y de lo feliz que me haces. Después de todo soy su pequeño hijo y...
—Lo sé, una madre defiende a sus hijos con uñas y dientes.
La plática con mamá fue menos severa que con Casilda. Se comportó de una manera más tierna y quiso saber un poco más de mi novia. Tal vez siendo amable, cortés e interesada en ella gane puntos para conocer un poco más y saber a qué atenerse con Mel.
Aún cuando le dije que todo está bien, supongo que quería comprobar que, efectivamente, mis palabras eran ciertas.
En todo caso, mamá decidió dejar la cena familiar para otro momento y Melissa regresó al hotel donde se está hospedando. Así nos relajamos un poco de las tensiones vividas durante el día.
Hoy desperté con ganas de pasar el día con ella, a solas, antes de que llegue el momento presentarla formalmente a la familia. Decidí llevarla a una playa privada que encontré en uno de esos días en lo que necesitaba paz y que mi propia casa no me daba.
—Que bueno que tengo un magnífico guía a mi lado. Me encantaría saber a dónde me quieres llevar y qué clase de locura planeas.
—¿Qué estará fantaseando la señorita Melissa?
—Solo estoy recolectando información. Los hechos hablan por sí solos.
—Bueno, lo único que puedo decir es que quiero estar contigo.
—En eso sí estamos de acuerdo —sonríe—. Supongo que hoy tendremos esa cena formal ¿No es así?
—Pues... mamá no me dicho nada. Pero seguro podría darme esa sorpresa —me mira con cierto temor— no te preocupes, preciosa, lo de Casilda es algo pasajero. Cuando se dé cuenta de que nosotros nos amamos y que no hay nadie que nos quiera separar, entenderá lo nuestro.
—Es que me he puesto a pensar ¿Y si te prefiere con Claudia?
—Pues se quedará con las ganas —respondo— yo solo quiero estar contigo. Por cierto, mira al frente.
Le muestro la maravillosa vista de una de mis playas favoritas. Se gira a mí y se dibuja mi sonrisa predilecta. El bello azul del mar se logra ver a kilómetros. El cielo luce tan despejado que siento ha conspirado a nuestro favor.
—Es precioso —me abraza.
—Quería que te relajaras un poco después de lo que pasamos ayer. Además, nos debíamos un rato a solas, no nos dejaron tener el reencuentro que deseaba.
—¿A sí? Yo recuerdo que pasamos gran parte de la tarde en tu habitación.
—Si no quieres cosquillas será mejor que salgas del auto y corras hacia la playa.
—Atrápame si puedes, cariño.
ESTÁS LEYENDO
Broken
FanfictionNo ha nada más que hacer. Estoy rodeado de recuerdos vacíos que, alguna vez, fueron importantes para mí. ¿De qué sirve revivir lo que ya está muerto? Esta es la historia de una relación que terminó por muchas razones. Pero sobre todo... es la his...
