Broken

C a t o r c e

No me había percatado de esos maravilloso ojos, son muy bonitos. Ella se sonroja al escuchar mi cumplido y me alejo ligeramente para evitar un golpe.

—Sólo porque no tardan en venir por ti, si no estuviera golpeándote.

—Por favor, sé más amable.

—No quiero ser más amable contigo. Además estoy siendo bastante considerable por lo que sucedió ayer.

—Pues ayer perdimos el control.

—¡Eres un imbécil! —empiezo a reírme.

—Estoy siendo honesto —siento vibrar el móvil— creo que ya llegaron por mí, así que es hora de que me vaya.

—¡Gracias Dios! —rodo los ojos.

—Eres cruel.

—No soy cruel —espeta— será mejor que te marches.

—Amable... —camino hacia la puerta y abro la puerta, me encuentro con Lolo y este mira el interior del departamento. Arquea una ceja y yo opto por cerrar la puerta. Sin más ni menos.

Que mal que ya no vuelva a ver a la chica de ojos violeta.

[...]

—Vaya, esa chica es muy desalineada. Digo para tenerte a ti cerca, pues... Mínimo debió ser más considerada.

—Es extraño que una futura publicista no tenga un criterio sobre moda —o quizás sí pero en su vida diaria fuera de las oficinas no tenga eso.

—Bueno dejemos aparte eso... Lo importante es que mataré a todos por dejarme a la deriva ayer.

—Pablo... te queremos ver bien.

—Pero no pueden forzarme... aún me duele. Fueron tres años... fue mi vida, fue...

—¿Qué?

—La noche en la que terminamos, o más bien, en la que ella decidió terminar, yo... iba a proponerle matrimonio.