V e i n t i t r é s

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Y lo hago, me pierdo en esos labios que parecían invocarme a gritos. Ella trata de empujarme, de pegarme en el pecho pero yo me aferro a su cintura y enredo una de mis manos en el cabello. Es el modo menos favorecedor para callarla, pero es lo único que encuentro factible para sacar de mi mente esas malditas ganas de comerle la boca.

Mordisqueo sus labios mientras ella se deja dominar y funde sus manos en mi cabello. Abro los ojos y veo pasar a la gente sonriendo por el par de locos que estaban discutiendo y, al minuto, se están comiendo la boca.

Poco a poco voy dejando de besarnos pues el aire nos faltaba aunque, si por mi fuera, la puedo llevar hasta el cielo.

—¡Idiota! —reprende al separarse de mí.

—Me encanta que me llames así —ironizo, tratando de ocultar una sonrisa traviesa.

—Eres un idiota, arrogante, creído y...

—No quieres que te bese de nuevo ¿Verdad? —contesto avanzando de nuevo a ella— porque no sabes las ganas que tengo de hacerlo.

—¡Pues sueña, porque no te voy a dejar hacerlo otra vez!

Oh mujer... no me provoques.

—Entonces ¿Vas a dejarme hablar? Porque lo que dijo Mariola no es más que...

—Las cosas como son, así de crudas.

—Pero juro que no me quise aprovechar de ti. Yo... si me han roto el corazón, pero tampoco soy así. Yo... ¿Vamos al estudio de nuevo y hablamos? No es justo que dejes tu trabajo por mis estupideces —esboza una sonrisa.

—Pues... también yo lamento haber actuado así. Mejor vayamos a una cafetería cercana.

—Claro...

Si... tengo ganas de besarla de nuevo.

Pero... ¿Por qué?

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora