Pablo
—A ti es a quien quiero —susurra con dulzura. Nos miramos a los ojos y busca mis labios.
—Repítelo —le ordeno evitando que me bese, hace un pequeño puchero y río.
—Que te quiero a ti —una sonrisa se dibuja en mi rostro. La amo y que ella diga que me quiere es un gran avance. No podemos sostener nuestra relación en público pero si conquisto su corazón en la intimidad, entonces ni siquiera un admirador secreto nos va a separar. No la hago esperar más y junto nuestros labios.
Sus manos van recorriendo mi espalda, el contacto me está quemando. Este lugar está empezando a arder y no quiero detenernos. Sus labios están en mi cuello y siento que voy a explotar.
—Melissa... —suspiro— me estás matando. Si seguimos no podré detenerme y quiero que esto sea especial.
—Quiero —responde firme— quiero ahora mi primera vez conciente.
No respondo más devoro su boca, nuestras lenguas luchan por ser el dueño del momento y la levanto entre mis brazos para llevarla a nuestra habitación. No dejamos de besarnos hasta que la deposito en la casa y me coloco encima de ella. Me detengo a mirar sus ojos.
—Quédate, quédate hasta que los sueños se terminen —sonríe y noto que está a punto de llorar.
—Nunca dejes de soñar, enamórame —mis dedos retiran los tirantes de su vestido, beso sus hombros y su clavícula. Dejo un camino de mordiscos hasta llegar al valle de sus pechos.
—Te quiero —vuelvo a besarla y lentamente nos deshacemos de la ropa. Cuando me coloco sobre ella, se levanta y sonríe— ¿Pasa algo?
—Estoy recordando lo que pasó aquella noche —sus dedos acarician mi pecho y torso— y ya puedo decirte que fue maravilloso.
—Bueno, he sido el primero en tu vida.
—De momento serás el único —sonrío.
—Me encantaría quedarme muchos años a tu lado —susurro y ella ríe.
—Podríamos considerarlo —y dejamos las palabras a un lado para que sean nuestros cuerpos, los que expresen lo que sentimos. La amo y se lo demuestro en cada beso, en cada caricia. Y por primera vez tengo miedo, de que no sea lo suficiente para ella. Que se repita lo que pasó con Claudia, no quiero volver a ser una persona rota.
Recorre mi cuerpo y me pierdo en las sensaciones que ella me provoca.
—Te quiero —susurra— y créeme no te haré daño, jamás lo haré.
Y todo lo que estaba pasando por mi cabeza se disipa y me concentro en hacer lo que debió pasar aquella noche después de estar en el bar: hacerle el amor.
ESTÁS LEYENDO
Broken
FanfictionNo ha nada más que hacer. Estoy rodeado de recuerdos vacíos que, alguna vez, fueron importantes para mí. ¿De qué sirve revivir lo que ya está muerto? Esta es la historia de una relación que terminó por muchas razones. Pero sobre todo... es la his...
