O c h e n t a i o c h o

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Melissa 

—¿Lista? 

—La verdad, no ¿Y si mejor vas tú y yo me quedo en mi habitación del hotel? 

—Mel... ¿Vas a quedarte de brazos cruzados ante lo que pueda hacer la Claudia esta? 

—Es que... no sé. 

—Hay una clara diferencia entre tú y ella; es que tienes unos ojos muy peculiares ¿Cómo crees que enamoraste a Pablo? 

—¿Te contó? 

—Pues claro, soy uno de sus mejores amigos. Anda, deja de hacerte la nerviosa y vayamos. A lo mejor la próxima que ella vaya, quien le abra la puerta puedes ser tú —dice con una mirada maliciosa. Y tiene razón, a lo mejor la reciba con la camisa de mi novio puesta. Sonrío de la misma manera y nos ponemos en marcha.

Llegamos a la casa de Pablo, de repente, se me ocurre una idea. Se la comento a Rafa y le parece una idea maravillosa. Toma el teléfono y hace una llamada, después me escondo y espero a que mi amigo entre a casa de Pablo.

Pablo

—Pedí una pizza ¿Te parece bien?

—Pensé que yo te recordaría esta vez sobre pedirla —se ríe.

—Lo sé, pero ahora... quiero hablar de algo muy serio...

—No ha pasado nada, lo juro. Ella ha actuado normal y además... amo a Melissa, por más que Claudia aparezca desnuda, elegiré siempre a mi Mel. Lo que no entiendo es ¿Por qué no dijo que estabas aquí?

—Pues la verdad no sé, venía con una amiga, creí que te lo diría.

—No —suena el timbre y Rafa se levanta para abrir. Me pide que me quede pues él paga. Tamborileo la mesa con mis dedos y veo que una mano femenina deja la caja de pizza. Esa mano la podría reconocer en cualquier parte, pero no es posible, ella está en Madrid.

—Espero que te guste la de hawaiana —alzo la mirada y aquellos ojos Violetas que tanto me cautivaron aparecen... esa maravillosa mujer está frente a mí. Me levanto y ella sonríe.

Con perdón de Rafa, pero yo tengo que comerle la boca a mi Melissa.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora