S i e t e

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—No sé porqué estoy aquí —refunfuño mientras veo a los demás bailar.

Sí, acepté salir con los chicos después de que me amenazaran y trajeran a Espe para ser arrastrado a las afueras de mi departamento. La verdad es que no tengo ánimos de nada y ahora estoy sentado en la barra. Tomando lo más fuerte que hay en el menú, aunque no tolero tanto el alcohol.

De pronto, una mujer se sienta a un lado. Pide lo mismo que yo y se lo bebe de un tirón. Es una mujer alta, curvas pronunciadas, pero no al punto de la exageración. Su cabello rubio cae en una cascada y pues... es muy linda. El vestido le hace justicia al revelar sus curvas. 

El problema es que aún la amo. 

¡A la mierda! Hoy perderé el control. 

Bebo sin parar, miro a la chica que tengo enfrente y ella se ríe al ver que bebo sin parar... pero ella hace lo mismo ¡A vivir que la vida son dos días, maldita sea! 

No puedo dejar de mirarla... no sé, quizás las copas me están afectando, pero es que sencillamente es perfecta. Quizás sólo es un maldito espejismo de algo que quisiera que pasara. Es decir, que se acerque a mí, tener una maravillosa noche y olvidarme por completo de mi ex.

A lo mejor... Mi suerte está por cambiar.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora