C i e n t o v e i n t i t r é s

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Melissa

Me encanta verlo dormir.

No tengo idea del motivo, quizás sea por la carita de niño que tiene, la paz que transmite o porque me hace ver lo afortunada que soy de tenerlo a mi lado, a pesar de los problemas y situaciones que hemos vivido. Miro su espalda, llena de pequeños lunares y hago trazos imaginarios con mis dedos. Si por mí fuera no saldríamos de la cama por hoy, pero el deber llama. 

—Amor —susurro— despierta, tenemos que ir a la oficina. 

Lo escucho gruñir y se gira hacia el otro lado de la cama. Odio ser yo quien lo despierte, pero no creo que a Mariola le agrade llegar tarde a la firma de hoy. 

—Te matarán si te atrasas, así que vamos, mi niño —a pesar de sus quejas, se levanta. 

—Buenos días —susurra— qué afortunado soy de despertar a tu lado. 

—Anda, ve a arreglarte, que tenemos que llegar temprano. 

—Arruinas mis momentos románticos —se queja. 

—No te preocupes, en la noche te diré lo feliz que soy al estar contigo. 

Hoy es el día para firmar un contrato muy importante y, a pesar de los celos de mi novio, Óscar tiene que acompañarnos.

—No me agrada la idea de que ese tipo vaya con nosotros —dice— ¿No ves que te come con la mirada?

—No y no me importa —respondo—, solo me encantas tú. Además eres ardiente ¿Cómo podría cambiarte por una flamita?

—Odio ir a trabajar así, me vas a dejar con las ganas durante el resto del día.

—Te quiero —sonríe.

Pablo

Tengo que morderme las uñas cuando veo a Óscar besando a Melissa, la manera en que la halaga, en que la mira. Él no es importante para ella, sin embargo, los celos son algo que no puedo controlar.

—No me gusta cómo la mira —mascullo a Mariola.

—Ella te quiere, así que no dudes.

—De todas maneras.

Luego de firmar el contrato, nos vamos a la oficina para festejar que ya es un hecho y  después seguir trabajando. Pasaron las horas y Mariola le pidió a Meli quedarse un rato más con ella. Claro, Óscar decidió entrometerse y las acompaña ahora.

Mientras estoy en un bar cercano, esperando el mensaje de mi novia para ir a buscarla. El dueño ya nos conoce y siempre guarda discreción además de que es un lugar muy concurrido por artistas.

—Vaya, Pablo, sabía que podría encontrarte por aquí —dice una mujer. Cierro los ojos y cuento hasta diez.

—¿Qué haces aquí, Claudia?

—Vine a tomar una copa, no me puedes prohibir venir.

—No es eso, pero me extraña que vengas cuando queda muy lejos de nuestro viejo apartamento. Melissa me ha dicho que le has mostrado otras intenciones respecto a mí ¿Por qué no me lo dices de frente?

—¿Qué quieres que te diga? No puedo ocultar lo atractivo que aún me pareces.

—No quiero parecerlo en lo más mínimo —sonríe, pasa su lengua por los labios.

—Dile a "esa" que eres mío y que vine a recuperarte. O mejor no, ya descubrirás que ella no es para ti —con esas palabras se aleja, dejándome con mil dudas.

¿Qué relación hay entre Óscar y Claudia?

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