S e t e n t a i d ó s

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Pablo

Adoro cuando las cosas salen bien. La escucho colgar y sonrío con suficiencia, Cristina me mira como si hubiese cometido un crimen.

—¿Estás consciente de que te va a matar?

—Lo sé y no me importa.

—Claro que te importa, amigo, las mujeres reaccionamos de muchas maneras ante estas situaciones. Así que dudo que se quede con los brazos cruzados.

—Cris, dejemos de hablar de esto. No quiero amargarme más —sonríe traviesamente. Y no quiero adivinar en lo que piensa.

—Te ves mucho mejor cuando estás enamorado, eres algo idiota, pero te ves bien.

—Cristina...

—Ya perdónala. Sí, no fue su mejor actitud al despedirse de su amigo y mandarlo a la friendzone. Además, tienes tarjeta verde para besarla cada vez que quieras. Es bueno luego dejarse desear.

—Cállate, ella es... —me callo porque no sé si quiera qué es lo que somos.

—Ya puedo imaginarme castigos para ti por hacer esas escenitas de celos.

Rodo los ojos y le pido que vayamos al hotel. Cuándo tomamos café me habló un poco de sus cosas, sin embargo, estaba tan pensativo en lo que pasó momentos antes; le ofrecí ir al restaurante para poder platicar más a gusto y bueno... darle un poco de celos a Melissa. Sé que debe estar planeando matarme de muchas maneras, aun así es algo que no me interesa. La amo, pero no puedo tolerar la traición, aunque sea un beso.

[...]

—Estoy saliendo con alguien —me dice mientras se bebe un sorbo de su copa de vino, le miro completamente sorprendido— Pablo, por favor, tengo 35 años. Aún tengo derecho a ser feliz.

—Y no lo estoy negando, Cristi, pero es que me admiro de tu capacidad para volver a amar después de lo que pasó.

—Me costó mucho, sabes, me reprochaba cada vez más por haber estado con un hombre que se comportaba como un animal y soportarlo por cinco años. Todo hasta que un día me miré al espejo y me dije "te perdono por esto, no fue tu culpa, no sabías que es imbécil se convertiría en una bestia. Sé feliz y deja todo en el pasado". Después de ello empecé a salir con amigos y bueno... el resto es historia —sonrío. Le tomo de las manos y las acaricio. La conocí en un momento crítico, mientras trabajábamos en calendarizar las fechas de gira por México, noté su nerviosismo y uno que otro moretón. Ahí fue cuando me contó todo.

—Me alegra tanto que hayas cambiado y que te des una nueva oportunidad —me acerco a ella para abrazarla, cuando de pronto siento una mirada— ¿No sientes que nos observan?

—La culpa te consume ¿No? —responde alguien soltarme.

—Cris, hablo en serio —suena mi móvil. Es un mensaje.

Que bien te la estás pasando, cariño. Incluso la abrazas... me imagino tu felicidad al estar con ella y no conmigo, tratando de que me escuches. Disfruta tu velada.

Melissa está aquí.

—Ahora vuelvo, debo ir al servicio.

—Cris... —trato de decirle que no se vaya. Pero ya es tarde, busco la silueta de Mel y observo a una mujer que va detrás de mi amiga al baño.

¡Qué acabo de hacer!

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora