Broken

La noche de la locura

Un bar es testigo de tantas cosas, corazones rotos, encuentros casuales, engañados, pero también puede ser el lugar apropiado para que el destino junte a un hombre y a una mujer. A pesar de que los elementos que han conducido al hombre a llegar a ese lugar. 

Por su parte, a esa chica la orillaron a vestirse como una femme fatal, él miró a la mujer, la forma en la que ese vestido se amoldó a su cuerpo fue lo que cautivó porque, a veces, de la vista nace el amor. Pero lo que iba a suceder no era amor, era pasión o ganas... Quizás... una forma de olvidar.

Sus miradas se encontraron, él se acercó lentamente a ella. El alcohol estaba surtiendo efecto. Ella era más atrevida, él estaba en su juego. Una sonrisa, palabras, hablando de cosas simples. De pronto se encontraron bailando en la pista, risas inocentes en medio de la pista, sin embargo, al momento que sus cuerpos rozaron más de la cuenta el mundo dejo de existir para ellos y la sensación de saber más del otro, los orilló a besarse sin medidas.

De repente, ellos regresaron a sus lugares en la barra. Él pidió la cuenta y ella sonreía. A Pablo le deslumbraba la sonrisa que provenía de ella. Le tomo la la mano y saber Dios como fue que llegaron al departamento de ella.

Se dejaron llevar por el momento, él para aliviar el dolor de terminar con algo que esperaba fuera toda la vida. Ella... la verdad es que nadie sabe e incluso podría decirse que él se aprovecho de ella, pero sería quitarle el crédito al alcohol, ese liquido que corría por sus venas y que tantos desastres provocan.

Entraron y poco a poco, los besos pasaron de ser tímidos a ser llenos de pasión. Ella le susurraba más y él estaba dispuesto a recibir y cumplir las órdenes que aquella mujer tan bella le daba.

La ropa se fue despojando, los dos.apenas eran conscientes de admirar sus cuerpos, El la lleno de caricias, de mordiscos en su cuerpo, ella no quedó atrás y arañó su espalda. Era su primera vez y quizás eso pudo haber hecho detenerlos, pero el corazón les latía con tanta fuerza que... aunque ninguno de los dos se acuerde, esa noche fue más que sexo. Los dos estaban deshaciéndose de sus miedos, de su dolor.

Lo que nadie sabe es que... ella dejo de ser virgen, y él seguía pensando en la mujer que le terminó y que... al día siguiente sus pensamientos eran para la mujer de los ojos violeta.