Broken

Bonustrack

Se dice que no es bueno dejar una discusión a medias, también que no dejes que siga enojado tu pareja antes de dormir y que una gran manera de reconciliarse es tener una noche pasional maravillosa. Y sí, hay ropa desordenada por esta habitación pero no es precisamente por estar haciendo el amor. Está así porque a uno le dio flojera recogerla por cambiarse a su pijama.

Está pareja sólo quiere dormir.

—Estoy emocionalmente agotado —comenta Pablo con Melissa en sus brazos— ese sueño fue tan real, que tenía mucho miedo.

—Ya, cariño —besa su cuello repetidas veces— además, ni loca te hubiera dejado salir de aquí.

—¿Ni aunque te diga que quería salir a correr?

—Hay un bar a unos metros de aquí. Y esa...

—No estés celosa, guapa —desliza sus manos por debajo de su ropa y toca la piel de sus piernas— te amo solo a ti, Meli.

Los labios de Pablo tocan con delicadeza los de Melissa. Sus dedos, traviesos, se posan en sus glúteos, acariciándola sensualmente. El peso de los celos se había esfumado, tal vez lo que necesitaban era esto. Ella se quitó la camisa que llevaba puesta para quedarse en braguitas y sujetador. Se abrazaron, enredaron sus piernas y dejaron que la piel hablara por ellos.

Al día siguiente, Pablo despertó con una gran sonrisa. Había pasado una mágica noche con su prometida y, como si fuera por arte de magia, todo rastro de celos había desaparecido. Busca su cuerpo entre las sábanas, sin embargo, esta no estaba. Se levantó, apresurado, empezaba a creer que lo que había pasado entre ellos fue un simple sueño y que la pesadilla que tuvo era su realidad. Pronunciaba su nombre, pero no había respuesta. 

¿Todo fue un sueño? ¿No pudo reconciliarse con ella?

—No, no, no —musita— Melissa.

—Dime, amor —responde y Pablo suspira aliviado. Se acerca a ella y la envuelve entre sus brazos— ¿Cariño?

—Perdón, es que creí que todo...

—Te amo, eso no va a cambiar. Además ayer acepté ser tu esposa.

—Y estoy feliz por ello tanto que ¿Qué te parece si nos casamos en dos semanas?

—¿Estás loco?

—Sí, lo estoy por ti. Pero podemos casarnos cuando tú quieras.

—Eres un encanto, pues podemos prepararlo con calma y después ¿Nos vamos de luna de miel primero? Es que me gustaría relajarnos, olvidarnos de todo. Después de todo, nos lo merecemos.

Pablo, casi distraído por las caricias de su novia, le gustó la idea. Se imaginaba irse a la playa, pasar las noches durmiendo bajo las estrellas en algún lugar apartado. Podrían irse después de la gira de trabajo y la boda hasta después. Ella tenía razón, no hay que presionarse. Al final, ya están comprometidos y no hay más dudas de sus sentimientos. Así que aceptó, celebrándolo con más besos debajo de las sábanas.

Llegaron más relajados al trabajo, ya no les importaba que los demás vieran que están saliendo y, de hecho, casi nadie habló al respecto. Salvo Óscar quien ardía en celos porque realmente deseaba tener algo con ella. Mariola y Esperanza estaban más tranquilas, porque por fin habían superado esa etapa de ocultarse de todos.

¿Qué más se puede decir de ellos? Pablo volvió a encabezar las listas de popularidad y la gira fue un éxito. Que, después del tour, desaparecieron a algún lugar del Caribe y regresaron a España casados. Los muy locos se fueron después a Las Vegas donde sellaron su amor, luego de que Melissa le diera una gran sorpresa: estaba embarazada.

Tuvieron un niño precioso… y también una tierna niña. La alegría no se hizo esperar en la familia quienes saltaban en un pie cuando se enteraron de que eran abuelos, o tíos, por partida doble.

Pasaron los años, él seguía componiendo mientras que ella trabajaba en su equipo y, juntos, criaban a sus pequeños. Todo rastro del pasado doloroso que los unió quedó atrás, dejando a su paso muchos nuevos y felices recuerdos. Nunca más dirán que están rotos porque, en el otro, encontraron su cura.