6. . . . . .

6.6K 450 45
                                    


Ahí, sentada en una de las mesas de la cafetería, sola, leyendo un libro que estaba o parecía ser en una lengua ya muerta, si esa chica no era completamente rara, entonces no era nada y más cuando optaba por libros de esa calidad y vejez. Y en su segundo día en aquella preparatoria, otra chica no le podía quitar el ojo de encima mientras hacía horas de voluntariado en la cocina solo que esta vez le tocó limpiar mesas, bandejas y toda el área de la cafetería interna y externa.

No podía dejar de verla ahí tan quieta, llegando temprano a la preparatoria donde era permitido que todos los estudiantes que llegasen temprano pudieran acomodarse como esa chica de cabello platinado lo hacía en ese instante, sin poder zafarse de la mirada de aquella chica a la que todavía no había visto con cuidado esa mañana.

Cassandra no podía en verdad que no podía dejar de verla aunque quisiera.

Llevaba las bandejas en las manos sin quitarle el ojo de encima, hasta que tropezó con una mesa dejando caer por todas partes las bandejas y otras que ya había limpiado.

Luna se apresuró a ir a ver lo que había pasado, levantando las bandejas que tenía de forma cercana, tomando las que podía sin ser ahora vista por la chica llamada Cassandra hasta que le habló.

-¿Te encuentras bien?

Los ojos de Cassandra parecieron enfocar algo que nunca había visto antes, algo que parecía no tan real y más de sueño. Se fijó en sus negros ojos, en su fino y brillante cabello, su piel de porcelana, sus labios rojos y vivos entre abiertos ¿De dónde había salido aquella chica?

Luna le tendió la mano para que se levantara, la cual Cassandra dudó en tomar solo por unos cuantos segundos hasta que en verdad la tomara.

Luna tomó las otras bandejas que pudo y las colocó sobre la mesa para levantar otras del suelo.

-¿Por qué me estás ayudando?

-Porque se te cayeron las bandejas.

-Me refiero a por qué lo haces.

-No lo sé...lo siento si te molesta, ya me voy...espero estés bien.

-Oye espera –dijo cuando Luna ya había dado dos pasos de regreso a su lugar.

-¿Sí?

Se le quedó viendo.

-¿Usas lentes de contacto?

-Ah...no, estos son mis ojos verdaderos.

-Lo siento...eso no era lo iba a preguntar.

-Entonces pregunta, lo que quieras, de todas formas la pregunta no es la indecente, sino la respuesta que den.

Cassandra se le quedó viendo sin interesarle lo que le estuviera diciendo en ese momento esa chica, es que no podía dejar de verla y pensar que algo andaba raro con ella. Luna frunció el cejo sin entender muy bien qué era lo que estaba pasando y por qué la mirada de una forma tan rara como aquella. No se había movido hasta que Cassandra dio un paso delante a ella haciendo que Luna retrocediera tragando saliva.

-¿Q-qué estás haciendo? –Le preguntó a Cassie.

Cassandra dio un paso más cerca de ella y Luna retrocedió dos.

-¿Te encuentras bien?

Un paso más cerca. Esa chica se estaba comportando de manera extraña más cuando con ambas manos le tomó del cabello a Luna, deslizándose en esa cascada lacia de su cabeza, haciéndola sentir incómoda.

Cassandra caminó con la chica haciendo que esta siguiera retrocediendo hasta toparse con un banco largo de una de las mesas.

-Oye, oye ¡Oye! –Le puso las manos al frente, deteniéndola.

SeisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora