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El saco pesaba mucho como para seguir caminando, sobre todo debajo de un cielo nublado y una neblina que no dejaba ver a claras nada de lo que pudiese o no estar frente a ella.

Ella misma se había metido en esto... ¿Quizás? Pero tenía más de una razón o bien las llamadas justificaciones que por mucho varios le habrían hecho de saber lo que esconde en una bodega a las afueras del pueblo que en mucho tiempo, no había sabido nada sobre ella, ni siquiera su propia pareja, por la que muchos –sí, hombres y mujeres –habrían matado por estar.

Novio. Esa era la palabra. Su novio. Y todo este tiempo ella solo lo llamaba por su nombre sin mostrar una sola pizca de dulzura en sus palabras... nunca ha sido buena con eso, y nunca ha podido hacerlo con nadie, a duras penas podrían hacerle una conversación o bien que ella misma se interesara en mantenerla.

¿Cómo había logrado que alguien se fijara en ella de forma romántica y sexual? No sabía, pero ahí estaba él, protegiéndola aunque no quisiera decírselo, aunque ella más bien callara todo lo que hacía a sus espaldas.

Pero.... ¿por qué entonces a la mente de su novio no había llegado la posibilidad de que ella estuviera con alguien más? Usualmente todas las parejas, heterosexuales u homosexuales son así. Asquerosamente posesivos y controladores.

Él no, puedo que tuviera un listado de más de diez razones por las cuales descartaría la idea que de ella se estuviera involucrando con alguien más. Una sería que "odiaba a las personas", la segunda que "no soportaba el contacto físico por higiene y respeto y otro sinfín de cosas", una tercera sería que "no le importaba nada con relación a socialización de personas a límites extremos que la llevaran a tocar a alguien"... ¿una quinta? Tratar con ella era tratar con nuevos campos, fortalezas y creer en otras cosas que en su vida, pudieron creer posibles o capaces.

De alguna forma él había conseguido todo eso... en dos años insistiendo estar con ella y en otros casi dos y algo de ser pareja. Incluso su "sí" habría sido el "sí" que todos darían por botar a alguien por la falta de interés.

..... Como sea él sabe que algo no anda bien. Te conoce, mucho mejor que tú misma.

Sentados en aquella solitaria playa en la tarde, mientras ella veía cómo poder aumentar su colección de objetos pequeños, él no la dejó de ver, no dejó de pensar en que algo había hecho ella. Ella siempre hacía algo.

Como desaparecer por casi todo un año y al menos compensarlo con cartas y detalles demasiado buscados para alguien como él.

No lo había besado desde que regreso a casa.

Es más, había besado a alguien más, incluso conquistado a alguien más tres semanas antes de haber llegado a casa. Conquistado lo suficiente como para hacer que este viniera con ella y cambiara su estilo de vida, institución y casi se diera a golpes con su familia.

Lo había logrado, tanto como lo que iba a lograr ahora si se movía de vuelta a ese putrefacto lugar.

"Quiero verte, llega a casa tienes las llaves".

Justo después de enviar el mensaje, la joven tomó el saco nuevamente entre sus manos siendo saludada por varios niños que jugaban ahí, reconociéndola muy pronto hasta incluso dándole un pequeño caramelo de los que sus madres le daban. Preguntaban qué era lo que llevaba dentro del saco para que pesara mucho sin que ella respondiera. Su solo silencio era conocido por todos en el área. No era alguien de muchas palabras aunque su diplomado en artes escénicas dijera lo contrario.

Cerca de la cabaña, escuchó a dos niñas jugando una ronda. Eran hermanas. Riendo y cantando, moviéndose a cada palabra según lo que la canción decía.

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