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Más de un año antes del atentado. ­


—¿Distraído?

—Sí, Yves, lo que equivale a estar mucho más idiota de lo que se es ya ¿acaso no entiendes?

—Lo hago, pero no me hago a la idea de que Trevor esté distraído. No es usual en él en ningún sentido, lo único que lo distrae es su belleza y su gusto por la sangre.

—Pues sabrás tú, llevan ocho años de adelanto entre todo el grupo, cada uno se conoce mejor que el resto.

—Aún así, nunca lo he visto de esa forma, y no creo que lo vaya a ser porque deben de ser puras patrañas tuyas, aunque, si me traes pruebas los suficientemente pesadas y válidas, creo que pasaría esto por alto, sabes que mentirme es una de las cosas que no deben hacer.

—¡Ya! Pareces novia.

Yves rió, pero era obvio que no lo iba a tomar como una broma, cuando menos, Dan lo sintió, este primero lo había hecho dar la vuelta de donde lo tenía enroscado con su brazo en sus hombros, inmediatamente empujándolo contra la superficie más plana y sin dejar de ir, sin dejar de ser en idiota y patán que todos en el grupo, como en el pueblo conocían, pero ocultaban por gusto de señalar y enlistarle todo a Trevor.

Estaba molesto, cualquier pequeña cosa, lo hacía molestar, y eso no hacía más que seguir puliendo la imagen de inmaduro e imbécil.

—A ver, a ver, Dan, si bien somos amigos, tampoco creas que voy a dejar de te burles de mí así.

—Así como muchos se han burlado de ti.

Yves apretó más fuerte en su garganta, la escena partía centímetros quedando muy pocos y muy cercanos a los golpes o groserías.

—Ya, basta, Yves – dijo Dan, solo porque ya quería ir a casa – lo que tenga Trevor que decirte o no, es asunto de él, además, te dije que era solo una suposición, en ningún momento aseguré que este estuviera distraído, hasta yo lo estaría que si fuera así de bueno en las clases.

—¿Clases?

—¿Qué, ya se te olvidó lo que es una clase? – Rió, Dan, para suavizar el asunto, aunque no era eso, sino algo cierto desde que el flojo de su amigo decidió armarse de pelotas de agua y salir de la escuela, solo asistiendo de vez en cuando desde que tenían memoria y todo porque, la suma que sus padres daban al instituto, era lo suficientemente grande como para hacer callar a la directora y a todo el claustro de maestros; solo lo veían ahí de vez en cuando, mayormente, comiéndose las bocas con otra chica (chicas) de primer año o menores, tan solo porque resultaba ser algo exótico por su casi blanco cabello natural.

—¿T, sigue siendo parte de los primeros puestos?

—¿Sigue? Lo ha mantenido porque es bueno en las clases, no importa de qué, solo es bueno y ya.

—Si es así, lo que me estás diciendo ya tiene cuerpo y sentido, ese chico siempre se ha distraído en los estudios cuando son pruebas o exámenes o bien algo que le interesa, como si eso fuera a entretener a los juguetes que vamos a conseguir.

—Y hablando de juguetes.

Yves y Dan intercambiaron una mirada, riendo.

—Ahora sí estamos hablando, vamos, los demás ya deben de estar en el lago.

Cualquiera diría que estaban saliendo, sobre todo porque Yves decidió no decirle nada a Trevor de ir a recogerlo a la escuela. Estaba de buen humor y qué mejor que pasarlo con su amigo más cercano y sólido de todos los demás.

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