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-No le agrado a tu novio y eso es todo –dijo Iri a Candri mientras caminaban en la arboleda que estaba cerca de la casa de esta última con el gato entre los brazos de la primera.

-No digas eso es simplemente que...

-No le agrado –dijo ella, viendo al frente, sintiendo la brisa de Londres entrar en sus poros sin su permiso innecesario.

-De acuerdo, no voy a decir nada al respecto de eso porque no creo que entre en contexto con nada de lo que pueda importar ahora, así que ten –le extendió a Iri una hoja con datos en inglés.

-¿Qué es esto?

-El horario de clases, vas en la sección tres de preparatoria a la que yo también voy, está el número de salón, la clase, la hora de inicio y de fin, nombre de los maestros y el de tus compañeros, no era posible estar juntas porque como ya sabes, perdí un año debido a todos los retiros a los que fui por lo mismo de la ansiedad.

-¿Joseph? No me digas que es tu...

-Sabía que lo ibas a encontrar.

-Oye, tu novio y yo no tuvimos un buen momento para conocernos, y estar en la misma sección no nos serviría de nada.

-¿Cómo estás tan segura? Además, lo hice porque pensé que así te sentirías cómoda, sabiendo que ya cuentas con alguien que ya conocen en el mismo salón y quién más que Joe.

-¿Si quiera lo sabe? –El silencio ocupó un espacio más entre ellas –Candri, sabes que... ¡Agh! No, me cambiaré de sección, de todas las formas la idea no es tener amigos, es solo estudiar.

-No digas eso, además...ya no podrías cambiar aunque intentaras hacerlo.

-¿Por qué lo dices?

-Bueno, resulta que solo tienes tres oportunidades para cambiarte la sección y...

-Tengo otras cosas, claro que me puedo cambiar.

-No, es que, la primera vez te había puesto en la sección dos, pero recordé que ahí no estaba Joe, así que regresé a los dos días para que estuvieras en la sección 1 y luego de cinco días, recibí una llamada para confirmar tu lugar en esa sección, pero pregunté si Joe estaba y me dijeron que no, que él estaba en la sección tres y pues... tú estás...ah, en...la sección tres.

-Por mí no hay más problema, así que se quede, pero te digo, solo te digo que cuando él me vea en su clase regresará a tu casa con el grito en el cielo.

-Vamos, no será tan malo.

-Al menos te veré cuando regresemos de la escuela.

-Ammm... no lo creo.

-¿Por qué?

-Porque bueno, ustedes salen una hora antes que yo, yo necesito recuperar todas las materias que perdí, una cada día, cinco días de sufrimiento para mí en por lo menos dos o tres meses.

Iri se le quedó viendo a Candri como si tuviera ganas de ahorcarla, pero se aguantó, más cuando una niña de como cinco o seis años se acercó con los brazos estirados hacia el gato gordo y blando que llevaba Iri entre brazos.

-Señor Diamante, te estuve buscando por todas partes, eres un gato gordo y feo ¡Mamá! Encontré a Rubí –dijo tomando al gato y corriendo hacia la mujer que era una versión de la niña en grande.

-¿Qué no lo había llamado Señor Diamante?

-Al menos algo bueno pasó en este momento –dijo Iri, viendo al gato en un modo de despedida.

-Te compraré uno de consolación.

-No, gracias, soy alérgica.

-Entonces un pez.

-Los odio.

-¿Y qué me dices de un perro?

-Necesitan de mucho cuidado y para eso tengo suficiente conmigo ya.


...

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Sé que me he ausentado mucho pero si estuvieran de este lado de la pantalla verían todo lo que tengo que hacer antes de poder plasmar ideas y letras...pero por eso hoy creo que vamos a consentirlas...

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Voten y comenten...

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