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-No deberías caminar sola a esta hora –le dijo una familiar voz desde su espalda.

-Oh...

-No estás viendo ni a los lados.

-Lo siento.

-No me has hecho nada a mí, pero en verdad, debes de tener cuidado cuando andas a estas horas en la calle, caminando.

-¿Por qué no puedo caminar sola? –Dijo cuando el chico ya estaba a su altura, andando con ella a un lado.

-Porque aunque sea Inglaterra, hasta acá pasan cosas desagradables, y en Yorkshire que es un pueblo muy... como los vez, debes de tener cuidado.

-Hablas como si ya hubiese pasado algo –le dijo Luna a Luca.

-No aquí pero si en otras partes, y solo con eso ya puedes avisarte de que pueda pasar algo, no es que te lo desee o algo pero siendo una chica como tú, mejor tener cuidado.

-Gracias, Luca.

-No hay de qué, pero a menos que sepas artes marciales mejor prevenir, ya que no respetan a estas alturas del siglo XXI a la mujer y su gana de andar por ahí.

-Vaya, gracias y gracias por hacerme compañía también ¿estabas con lo del trabajo en pareja?

-Sí, Estefan está algo loco pero lo logramos hacer al final de todo, así que... ¿cómo te fue a ti con Lula? Esa chica es un desorden andando.

-Pues trabajamos bien, y con lo de que es un desorden, lo es, pero creo que hoy conoció a otro desorden algo distraído.

Luca rió.

-Mejor cuéntame de ti ¿qué te gusta, qué haces, a qué te dedicas? ¿Qué quieres hacer en la vida? ¿Por qué crees que estás en esta vida?

-Son muchas preguntas a la vez.

-Responde en orden y serán pocas.

-Bueno, me gusta leer.

-Ajá, aburrido, sigue.

-Hago...bueno, ahora estudio y camino.

-Muy graciosa.

-Me dedico a estudiar y distraerme como siempre.

-Mjm.

-¿Qué quiero hacer en la vida?

-Y qué crees que haces o por qué estás en esta vida.

-Quiero en la vida... justicia y a lo segundo, quizás venga por...no lo sé, dame opciones.

-Mjm, déjame ver. Vienes por justicia, amo, equidad, igualdad, verdad, venganza, júbilo.

-Venganza quizá.

-¿De qué?

-No sé, dicen que las peleas que no pudimos salvar en el pasado, son nuestras guerras de hoy, quizá en una vida pasada no me pude vengar y en esta quizá lo haga.

-Tienes razón, elijo lo mismo, la venganza contra todo y todos los que me han hecho menor y daño.

-Exacto.

-¿Pelearías? Me refiero a si en verdad golpearías a alguien por algo que te haya hecho.

-No lo sé, no soy buena con los puños pero de ser conmigo o contra mí, lo intentaría.

-¿Si te atacan en este momento?

-Entonces yo también me defendería.

-Eso me calma, saber que no te quedarías quieta, como muchas lo hacen.

-¿No crees que lo hacen porque en el momento ya todo se les derrumba?

-Puede que sí, o que los idiotas que le hagan daño la hayan lastimado verbal o corporalmente hablando.

Luna se le quedó viendo ya cerca de su casa.

-No sería ni vecino de alguien que le hiciera mal a otra persona.

-Oye, otra vez, hablas como si ya hubiese pasado algo.

-No, en verdad, y gracias a los cielos no ha pasado nada a mi círculo de amigos y familiares, pero en verdad, no soportaría saber algo como eso.

-Mejor relájate y duerme, mañana tenemos examen.

-¿Por qué cambias el tema? ¿Acaso eres una asesina en las noches?

-No, no puedo cortar bien una cebolla y ya crees que cortaría a una persona.

Luca volvió a reír, dejando en la esquina a Luna, para que caminara y entrara a su casa cuanto antes.

-Nos vemos.

-Hasta mañana, asesina.

Luna sonrió y comenzó a caminar colina arriba directo a su casa, donde las luces ya casi no tocaban por ser cerca de las diez de la noche. Sacó las llaves de su casa ya estando algo cerca, donde atinó con la que era de la puerta principal y la encajó, abriéndola con cuidado de no hacer tanto ruido porque ya todas las casas a su alrededor estaban en silencio y a oscuras y en las mismas estaría ella de no ser porque alguien la asaltó por la espalda, dándole la vuelta y entrando a su casa con ella cargada.

Cuando la luz del comedor tocó su piel, se fijó en quién era el que tenía sus labios aplastados en los de ella.

Sus piernas estaban enrolladas a su cintura, pegada a la pared, con su falda cubriendo nada, su pecho subiendo y bajando con firmeza y susto, y el aroma de ella con el aroma de Xavi, confundiéndose en el momento.

-X-Xavi ¿qué pasa?

-Luna, por favor... por favor.

-¿Xavi? ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

Xavi la tomó hasta llegar sobre la encimera de la cocina, donde la volvió a besar, pero esta vez, introduciendo su lengua a la boca de ella, recostándola sobre la superficie, mientras saboreaba de su cuello.

-Xavi, espera, espera.

-Ayúdame.

¿Qué? Eso no era lo que esperaba.

-Xavi, mírame, mírame –dijo ella intentando zafarse y pararse por su propia cuenta, donde Xavi no pudiera besarla de esa forma una vez más.

Xavi no reaccionaba, esta con una mala pinta, como si hubiese despertado de una pesadilla o algo parecido.

-¿Qué tienes? Xavi, ven ¿qué pasa?

-Ayúdame, ayúdame me estoy volviendo loco, ayúdame por favor.

-Xavi...

-Lo siento, sé que no tenía que venir así y comportarme de esa manera, no tienes ninguna culpa, pero solo pude pensar en ti cuando... ya no puedo, ya no puedo más, Luna, ya no –sus ojos, estaban tan cansados y adoloridos que a la misma Luna le dolió verlos.

La chica suspiró y se acercó a tomar las manos del muchacho, que se envolvió en un abrazo con ella.

No estaba llorando, pero parecía como si en verdad algo, una clase de pesadillas lo estuviera matando a golpes ¿qué era? ¿Qué pasaba? ¿Será que es de esa chica de la que Lula le habló?


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Sé que es tarde, pero la vida de estudiante me consume. 

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