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Luca y Luna se encontraban en el horario extracurricular de la preparatoria, habían decidido quedarse ese día porque a Luca lo pasarían a dejar a su casa un chico de la clase.

Ambos estaban muy concentrado en lo que estaban haciendo, era como si nada más pudiera interrumpirlos, lo cual estaba buscando Luca y lo estaba logrando, de no ser por el equipo de baloncesto que comenzaba a hacer su entrenamiento una vez más frente a todos los que se quedaban hasta tarde en la preparatoria.

Luca sacó el aire y Luna lo notó, aunque no identificó muy bien la razón de aquel sonido.

Uno que otro chico del equipo se le quedó viendo a esa chica, preguntándose de donde había salido tal ser y por qué estaba con alguien como Luca, un chico nerd de lentes y pocos amigos, aunque Luna no podría negar que tenía unos lindos ojos azules.

La mesa era algo alta para la chica, o la silla era muy baja, no se sabía, pero trataba lo mejor para acercarse y terminar de resolver el primer problema de siete que le puso Luca.

-¿Así?

-Exacto, ahora siempre ten cuidado con los signos, pueden hacer que toda la operación esté mala.

-Oh, de acuerdo.

-Ahora, sigue, solo iré al baño y regreso, pasaré a la tienda ¿quieres tomar o comer algo?

-Ah...no, gracias.

-¿Segura? No has comido nada en lo que llevamos de estar aquí.

-Segura –dijo sonriendo como lo hizo en horario de clases, haciendo un escalofrío en la espalda del chico.

-No voy a poder con esto –susurró para sí, viendo a la chica tomando el lápiz una vez más mientras él andaba sin quitarle el ojo de encima, era como si estuviera viendo su juguete favorito rodeado de niños que no alcanzaron a tenerlo, y no era que creyera que Luna fuera su juguete pero hasta el momento nadie ha dejado de verla.

Se fue directo hacia el baño donde no tardó nada, solo era para verse los ojos y ponerse las gotitas que necesitaba, luego se encaminó a la tienda, donde esperó a que atendieran a otras dos chicas de un año mayor que él, así que dio vueltas en el mismo lugar, esperando, pero algo lo hizo girar su mirada a Luna que estaba unos cuatro o cinco metros lejos de él...

Y no la vio, más bien, la miró....

Luna estaba sentada sobre sus rodillas sobre la silla de la mesa del patio de la preparatoria, con los ojos de Luca en ella, yendo de un lado a otro en el mismo espacio; su falda se había subido cuando se sentó de esa forma mientras resolvía los problemas que le había dejado en aquella hoja de trabajo, parecía quebrarse la cabeza haciendo aquellas cosas pero también parecía que estaba tratando de dar lo mejor de sí. No pudo dejar de verla que se tropezó con una silla y luego con la pared.

Y ahogó el grito de dolor por no dejar se verla ahí, con el suave viento soplando, su cabello platinado andando, sus ojos negros brillando, mordiendo su propio labio.

-Oye se te cae la baba –le dijo Xavi.

-Muy gracioso –le dijo, rascándose la cabeza.

-No puedo creer que esa chica sea tu alumna.

-No es mi alumna.

-Pues, es como si lo fuera, eres su tutor y ella aprende ¿qué más puedes pedir?

-Pensé que no te interesaba.

-No me interesa –dijo viéndola –es linda sí, una criatura rara pero hasta ahí.

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