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Tanto Adela como Claudyn seguían tiradas sobre sus bicicletas, esperando a poder irse de esa arboleda para seguir con el camino e ir por un café en la tarde de un jueves nublado y sin mucha gente, tal y como las tres deseaban. Aunque Molly seguía espiando detrás de un árbol con dirección hacia a la avenida de la escuela, donde veía a todos los demás estudiantes salir solos, en pareja, en grupos de cuatro o en seis.

Adela estaba recostada, con su cabeza en la canasta de la parte trasera de su bicicleta, mientras Claudyn tenía metida su cara en la canasta de la suya, en la parte delantera, irritada y desesperada por querer irse ya de ahí, se moría de hambre y ni siquiera comprendía por qué Molly estaba tan interesada en vigilar a los demás y de forma muy bien escondida como en una arboleda.

-¡Agh, Molly! ¿Qué tanto esperas?

Adela tenía sus ojos cerrados, como si ella sí disfrutara de esa parada, con sus piernas a la vista del mundo, su falda limpia, su blusa blanca resaltando sus brazos pálidos apoyados en su vientre, su cabello rojo ondeando suavemente con el aire y sus poros recibiendo el aire merecido.

-Solo espera un poco más, la cafetería no va a cerrar.

-No entiendo por qué te escondes si puedes vigilarles de frente sin importar lo que te digan. Además ¿a quién diablos vigilas?

-Solo espera un momento, Claudyn, para lo que estoy investigando, no tengo por qué mostrarme sin descaro ante los demás.

-Te ves como una futura psicópata buscando a sus víctimas.

-Creo que después de saber lo que tengo, cambiaras de idea y no seré yo la psicópata para entonces.

-¿Quieres decir que encontrarse un psicópata entre todos los estudiantes?

-Te sorprendería saber que he encontrado a participantes de la androfobia, ginefobia, tendencias al suicidio, casos de anorexia, divorcios a temprana edad, abortos tanto como embarazos y casos de rompimiento de reglas entre maestros y estudiantes, incluso se cree que hay una pareja gay de esa misma rama.

-Debes de estar jodiendo –se bajó Claudyn de su bicicleta para caer sentada en la grama por la sorpresa del tema.

-Cállate y no, no lo hago, hablo muy en serio, y pensar que la mayoría de las personas que estudian aquí son de muy buena familia.

-Tú también eres de buena familia, Molly, por Dios.

-Sabes a lo que me refiero, además de Adela hay personas que casi gobiernan ese espacio en esta escuela, y es donde más problemas de todos estos se encuentran, incluso hay casos donde menores como nosotras han salido con personas mucho más mayores.

Claudyn se metió por debajo de los brazos de Molly para ver en la misma dirección.

-Eso es imposible ¿cómo alguien de nuestra edad puede salir con alguien mayor?

-A veces no es por consentimiento, Claudyn, sé de algunos casos donde hubo o hay chicas como nosotras que terminaron en manos de mayores de edad. Una de diecisiete con uno diez años mayor que ella, aunque como te dije, no fue por consentimiento.

-Este mundo está en la mierda.

-Es por eso que estoy vigilando a todo el que salga.

-Pero no me has dicho ¿de quién sospechas?

-Puede que haya uno o varios en nuestro mismo año que estén fuertemente involucrados o pasando por un trastorno.

-En conclusión puede haber una asesina en serie, o un traficante de blancas, o un torturador, o una embarazada en nuestro mismo salón.

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