Seis

36. . . .

No se estaba muy seguro de cuánto tiempo había pasado ya desde que un joven llamado Grey había aparecido en las vidas de aquella escuela donde era punto de interés tanto para mujeres como para hombres, incluyendo a los catedráticos, que lo hacían ver como una clase de dios silencioso que atraía sin voluntad a cualquiera que lo viera pasar o parpadear siquiera. Peo resultaba ser que en lo único que Grey tenía atención, interés, cuidado o lo que sea que contuviera su mayor observación, era en sí la que había sido nombrada como "su salvación" para poder entrar a una universidad decente, tal y como sus padres siempre lo desearon, aunque resultaba que esta muchacha, era de la misma calidad y especie que él, por no decir que es la cargadora de problemas de toda aquella escuela, la que se mete en problemas, la que no le importa lo que diga o haga, ella solo lo hará, la que no importa qué tantos sentimientos pueda romper, ella no lo tomará en cuenta y se dará media vuelta. Era ella la que desde hace ya un mes y semanas, le estaba robando su atención sin querer.

Pero como todo en la vida, había un obstáculo.

Y en la vida de ese sentir de Grey, el obstáculo se presentaba como dos amigas realmente cercanas a Adela, una era más flexible y posible de quitar del camino, en cambio la otra, parecí aun tanto más difícil y atolondrada para quitar del camino por el fuerte apego que tenía con la líder el grupo. Aunque todavía andaba en las andadas de creer muchas cosas de parte de Molly a con Adela...puede que solo sea su imaginación, pero de igual forma, ya era algo. Ambos han tenido muy breves y nunca consentidas conversaciones debido a que Adela solía unir a todos sin importarle nada, como era costumbre suya. Claudyn era más sociable, se podría meter en problemas pero no tanto como las otras dos.

¿Qué era entonces de Molly en ese trío? ¿Y por qué lo veía como si quiera acabarlo de un momento a otro?

Grey siempre se caracterizó por tener pensamientos muy adelantados y acelerados, inclusive él era el que producía esta clase de pensares en su cabeza según la persona que se le presentaba. Era muy callado y reservado, tanto como observador de la vida, no le gustaba tanto participar a comparación de ver el acto. Un claro encanto en la superficialidad e inteligencia, como el descaro y la falta de vergüenza, su crueldad e insensibilidad, su falta de empatía, su simpatía en algunos aspectos cuando se encontraba meramente aburrido y solo quería saciar deseos. Su encanto frívolo que lo hacía componerse de un montón de libretas donde dibuja para liberar lo que por dentro llevara.

En resumen, era lo que muchos doctores le habían advertido a sus padres, aunque estos se negaban a poder aceptarlo, ya que nunca antes le habían visto o escuchado una falta tan grande como la que ellos ponían en sus oídos. Sí, puede que durante toda su vida estudiantil haya hecho destrozos pero ¿a qué tal alto punto pensaban los doctores, psicólogos y demás que Grey podría llegar? Sus padres nunca lo creyeron posible puesto que él solo se mantenía leyendo o dibujando, y las vendas que se colocaba en su antebrazo derecho era por "decisión" como decía él. Vele con golpes o rasguños no les fue casi nuevo a sus padres luego de saber todo lo que había hecho en su primaria y secundaria... puede que ahora confíen en que él se vaya algún día a ser su vida, pero nada de eso estaba seguro pues él era el único heredero de la familia.

Para todo, los padres confiaban en no confiar en él y no confiaban en confiar en él, lo que daba vueltas al mismo asunto, porque no dejarían que este arruinara su apellido por una falta más grande de las que ya ha hecho. Tenían un leve cuidado cuando se les presentó a sus ojos el mejor amigo de su hijo, uno de una buena familia, uno que lo haría entrar en razón y prestarle más atención al público, lo cual, en parte dio demasiados frutos...

Demasiados... muchos, pero uno en especial.

...

-Grey, tus padres parecen confiar más en mí que en ti.