Capítulo 42: Las manos que se conectan. El ataque definitivo.

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Había una silencio total en ese momento.

Una mirada decidida y sonriente. Frente a un rostro inexpresivo, pero notablemente enojada.

Un joven que logró librarse del poderoso control de Azamel y ahora, estaba encarandolo. Uno de los demonios más fuertes del infierno, quería recuperar el control de su cuerpo favorito.

Un débil y lastimado Tomas estaba en el suelo viendo en silencio con seriedad. Al lado de el, una asustada y preocupada Tatiana, que tenía una mano cubriendo su boca, soltando una que otra pequeña lágrima.

Ya ninguno habló, ya nadie dijo algo, ambos contrincantes se lanzaron directamente al ataque. Apretando sus puños, dispuestos a atacar, se miraban atentamente, y entonces, ambos cruzaron sus puños, terminando por darse un tremendo golpe en el rostro ambos.

Sus miradas continuaban atentas, sin embargo, el demonio tenía más fuerza que el joven, por lo que logro empujarlo un poco y acercarse, comenzando a darle un combo de puños. Un golpe en su mejilla izquierda, luego a las costillas, al estómago, gancho al mentón y terminar con un bruto golpe en el centro del pecho de Alejandro, hundiendo un poco sus nudillos en el lugar, haciendo que el joven cerrase los ojos e hiciera un gesto de dolor, no pudo pensar en esos momentos.

Aquella figura ahora de color roja, dio un leve salto y pateó el pecho del chico para así tirarlo al suelo.

Al momento en el que esta cayó, se puso en guardia. Segundos despues de eso, el lastimado pelinegro se puso de pie limpiando con su brazo la sangre que bajaba de su nariz. Y se lanzó al ataque.

Logrando golpear el estómago de Azamel y luego darle un puñetazo a las costillas,en el momento que el demonio se inclino hacia un lado, este aprovecho para rodear con su brazo el cuello del demonio y aplicar presión, logrando hacerle una pequeña llave al cuello ahí de pie.

Eso asombró un poco al castaño que estaba mirando.

Alejandro parecía tan cansado, que sostuvo su muñeca con su otra mano, con tal de poder aplicar más presión, pero no sirvió, el demonio le piso fuertemente el pie y eso hizo que aflojase, solo para al final terminar conectándole un gancho al mentón al pelinegro, quien termino por salir hacía atrás y caer al suelo.

-No puedes hacer nada, mocoso.

El demonio habló entre leves risas, aquella figura roja giro sus manos un poco, haciendo tronar ligeramente sus muñecas, como si aquella pelea para el no fuese nada.

El joven volvía a ponerse de pie, escupiendo algo de sangre debido al golpe, a pesar de eso, con la respiración ligeramente acelerada levanto sus puños un poco.

-No voy a caer...

Hubo otra risa leve, el demonio parecía disfrutar burlándose de el.

Aquella figura roja a una bruta velocidad le dio una patada a las costillas con bastante fuerza, luego apartó el pie y le dio una patada al estómago y luego al pecho.

-¡Eres igual que el otro mocoso, no sabe usar los pies!

Continuaba diciendo entre risas, mientras este ahora lanzo una patada y le dio un puntapie en el mentón al chico, quien aturdido dio varios pasos hacia atrás. Aún entre risas, aquel demonio dio un salto y elevó su pie.

-¡Cae de una vez!

Le dio un bruto golpe con el talón directo en la cabeza del pelinegro. Este quedó en blanco durante unos segundos, solo para escupir bastante sangre y caer de rodillas al suelo. Sin embargo Azamel no mostraba nada de piedad, pues le dio un tremendo rodillazo al rostro, que envió volando al joven metros lejos, terminando frente a los pies de Tatiana.

The Legend Of TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora