Capítulo 116: El hombre de acero.

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- Mi nombre es Trevor...

Dijo ese joven encapuchado detrás de la puerta.

- El aprendiz de tu padre.

Tomas se quedó en shock. Sus manos temblaban, un sudor frío bajaba lentamente por su mejilla hasta su mentón. Fiorella aprecio todo eso y se preocupó.

- Tomas... Estas pálido...

Ella se quiso acercar a él, pero con brusquedad el castaño volteó y abrió la puerta para quedar cara a cara con ese joven. Ambos se miraron fijamente.

- ¿Que carajos quieres?

- Supongo que ya lo sabes.

Hubo silencio. La rubia no entendía nada, pero podía sentir esa fuerte tensión en ambos, cosa que le preocupaba.

- Lamento interrumpirte.

Dijo Trevor viendo de reojo a Fiorella y riendo levemente.

- ¿Y bien? 

- Por que estas aquí... ¿El te envió?

- No habría otra razón por la cual estoy aquí.

Los puños del castaño se apretaron fuertemente.

- Haz causado muchos problemas. A diferencia de tu padre yo admiro bastante tus hazañas. Enfrentar a los dioses, vencerlos, realmente es increíble.

El chico no decía nada, sin embargo el contrario prosiguió.

- Mi idea era destruir la puerta y matarte rápidamente. Pero te respeto. Es por eso que todavía sigues respirando ante mi y poniéndome esa cara.

El rostro del castaño expresaba realmente una inmensa ira. Trevor soltó una risa leve.

- Te reto a un duelo. Tu y yo. 

-  Tomas...

Fiorella quiso decirle algo, pero no tuvo tiempo.

- Muy bien.

Dijo Tomas con seriedad. Ambos salieron del departamento, la noche había caído y el barrio era iluminado por los postes de luz del lugar. No pasaba ningún auto en ese instante, momento perfecto para tener un duelo.

La rubia solo pudo colocarse unos shorts y una playera de su pareja para poder salir, todo en actos rápidos por la preocupación. 

A mitad de la calle los 2 chicos se estaban mirando atentamente, Trevor se retiro el abrigo y lo tiro a un lado, mostrando notables músculos, un cuerpo tonificado y entrenado que demostraba su experiencia.

- Ven.

Dijo el joven. Era un hombre de pelo rojizo y unos intensos ojos verdes. Elevó sus puños a la altura de su mentón y flexionó sus piernas, tomando una postura similar a la de un boxeador. El castaño realizo la misma postura y ambos se miraron atentamente.

La rubia estaba viendo todo bastante preocupada. Llevo sus manos a su pecho, lo único que podría hacer en ese instante es ver todo.

- Ten cuidado...

Susurro ella preocupada. 

El castaño fue el primero en correr contra el, su velocidad normal era realmente increíble, dejando solo una grieta en donde hace solo segundos estaba parado. El joven lanzó un derechazo, sin embargo el pelirrojo fue más rápido, su cabeza se movió hacia un lado, el puño siguió de largo y solo pudo apreciarse una sonrisa.

- Eres rápido...

Tomas entonces sintió una increíble fuerza en su mentón, su cabeza se levantó bruscamente, la sangre salió de golpe por su nariz, la potencia de ese golpe había elevado el cuerpo del joven unos pocos centímetros del suelo.

The Legend Of TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora