El invierno llegaba a su fin, el sol radiante entraba entre los agujeros de la persiana de su habitación, iluminando su rostro, por lo que este ya no puede seguir durmiendo, al abrir los ojos, solo observa el techo de su habitación en silencio durante unos instantes sin muchos ánimos, el silencio abundaba en el lugar, solo se escuchaba su tranquila respiración y después, su ligero suspiro.
Tras sentarse en la cama, algo pasa por su cabeza, una frase, una suave voz que le repetía como un eco:
"Te prometo que volveremos a estas juntos".
Llevo su mano a su cabeza durante unos instantes en silencio, cerró los ojos durante unos pocos segundos, mordió su labio inferior durante unos instantes y suspiro nuevamente, solo para ver la puerta de su habitación.
Al salir, solo se encontró con la enorme casa vacía, una gran casa en la que técnicamente casi nadie entraba, siendo el solo quien vivía ahí. En una mesa que se encontraba en la sala había un plato de comida y una nota apoyada en el plato.
"Te deje algo de comida, espero que estés bien. Mamá"
Al leer la nota solo suspiro levemente y decidió ir al baño, prepararse, pues debía ir a clases. Tras lavarse la cara, se vio al espejo unos momentos y solo siguió en lo suyo. Se vistió, una playera roja oscura, sobre esta un abrigo negro, unos jeans oscuros y unas zapatillas verde oscuro, agarró su mochila, sus llaves y su celular para luego salir.
Tras 20 minutos de viaje, llegó a su destino, la escuela, donde allí vio a sus 2 amigos, un chico alto y de piel morena y un chico un poco más bajo de cabello castaño, Faku y Tomas. Cuando se acercaba ambos voltearon a verlo.
-Eze.
Tomas fue el primero en recibirlo con una sonrisa para estrechar su mano, Faku fue con una sonrisa tranquila, aunque al verlo, se preocuparon.
-Oye ¿Estas bien?
Pregunto Faku con curiosidad. El rubio asintió un poco en silencio, Tomas parecía entender un poco lo que pasaba.
-¿Es... Por esa chica?
Hubo un silencio entre los 3, opacado por las voces de los otros chicos que estaban hablando en la entrada. Ezequiel no dijo nada, miro al suelo y suspiro.
-No hay día que no piense en eso... En lo que paso...
Ninguno de los otros 2 tenía algo que decirle, una forma de animarlo, no había, tras lo sucedido con Ivan hace tan solo pocos días, los 3 continuaban deprimidos y poco podían decirse para ayudarse en ese momento.
-Siempre recuerdo sus ultimas palabras... Antes de desaparecer frente a mis ojos... Sin que yo pueda hacer nada...
Sus puños se apretaron con bastante fuerza, tanta que comenzaron a temblar.
-No pude hacer nada... Ni siquiera un poco por salvarla...
Golpeo la pared, esta se llegó agrietar un poco, Tomas puso una mano en su hombro mientras lo miraba atentamente.
-Estoy seguro de que ella va a volver...
El rubio mantenía la vista al suelo, Faku se acerco ahora para poner una mano en su cabeza.
-Vamos héroe, no bajes la cabeza. ¿Como crees que el idiota de acá a salvado tantas vidas y peleado contra los dioses? ¿Mirando al piso? Si ella te ama vendrá, no te preocupes. Te aseguro que todo estará bien.
Ante eso, Ezequiel mostró una leve sonrisa, levantó un poco la cabeza y apartó la mano del chico alto riéndose ligeramente.
-Vete al diablo, el no podría si no fuese por nosotros.
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The Legend Of T
ActionTomas es un joven normal con extraños poderes. A sus 16 años inicia en una nueva escuela, sin embargo, ciertos acontecimientos revivirán una vieja meta que se impuso desde niño. Conseguir un equipo y salvar al mundo.