Tras correr unos largos pasillos de ese enorme castillo, algo que casi parecía ser interminable para él, fue escuchando los sucesos que pasaban mientras el se adentraba en ese lugar.
Escucho el fuerte estruendo causado por la pelea de Ezequiel. Escuchaba los sonidos de las espadas al momento en el que Meline peleo con Ariel y había escuchado el intenso enfrentamiento de Faku con Martin.
Ahora, faltaba que el terminase con todo de una vez.
Por fin llegó, era un enorme salón, donde en el medio había un trono de oro, allí, un hombre de pelo negro estaba sentado, viéndolo con una sonrisa. Estaba usando ahora una camisa negra y unos pantalones negros, parte de su traje elegante.
-Al fin llegaste Tomas.
El castaño al verlo, solo apretó con fuerza sus puños, en su mirada se podía notar la intensa ira que el estaba sintiendo, el solo verlo hacía que su sangre hirviese de furia.
-Realmente hicieron un escándalo ahí afuera, se revelaron ante mi, interrumpieron una ejecución publica, fomentaron a los ciudadanos a volverse violentos, lastimaron a mis hijos, corrompieron a mi hija...
Conforme nombraba una y otra vez lo que los 3 jóvenes habían hecho, apretaba con fuerza su asiento, un aura negra comenzaba a surgir de el, ya no lo soportó, se puso de pie con enojo.
-¡Voy a eliminarlos yo mismo!
Rápidamente Tomas se puso atento, levantó sus puños a la altura de su mandíbula y se le quedó mirando, sentía nervios, una gota de sudor bajó por su mejilla hasta llegar a su barbilla donde cayo al suelo.
-¡Han causado muchos problemas a pesar de haber estado tan solo un día! ¡Malditos monstruos!
Decía Feder mientras a paso lento se iba acercando al castaño, comenzó arremangar las mangas de su camisa negra, su mirada mostraba odio, repulsión, furia ante el joven, sus puños, al estar tan apretados temblaban, sin dudarlo se lanzó contra ese chico, comenzando ahora a correr.
Su velocidad parecía ser la de un humano promedio, sin embargo, conforme pasaban los segundos su velocidad era cada vez mayor, así hasta convertirse en una especie de bola negra de lo rápido que se movía.
Los ojos de Tomas se abrieron de la sorpresa ante tal velocidad. No había pasado ni un momento cuando sintió algo que parecía conectarse contra su estómago, algo que comenzó a provocarle un dolor tan bruto que se extendía hasta su pecho y luego lo dejó sin aire.
Abrió su boca para escupir sangre y saliva. Aquel poderoso hombre le había dado un brutal puñetazo en el estómago y tras el impacto este salió disparado contra el techo, donde una vez estrello fuertemente su espalda, simplemente cayó.
Entre el suelo y el techo habían alrededor de unos 10 metros. Por ende, apenas su espalda toco el decorado techo del salón rápidamente cayó al suelo de nuevo. Una vez estuvo allí, comenzó a toser con fuerza, llevando sus manos a su estómago, apretando este debido al fuerte dolor que ese golpe le había causado.
-Duele ¿no? -Dijo Feder con una sonrisa- Pues te espera mucho más.
Ni siquiera le quería dar el tiempo para recuperarse, el quería descargarse por todo el lío que su reino había sufrido. Se le acercó y tomo al chico de los cabellos, levantándolo a la fuerza, sin titubear le dio un fuerte cabezazo en el rostro, haciendo que el joven aturdido comenzara a caminar hacia atrás y caer al suelo.
-¡Levántate maldito mocoso!
Tomas estaba tirado en el suelo, con su mano cubriendo su nariz, la cual había comenzado a sangrar. Así estuvo durante un tiempo, pero luego comenzó a levantarse, su mirada seguía siendo fija y bastante molesta.
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The Legend Of T
ActionTomas es un joven normal con extraños poderes. A sus 16 años inicia en una nueva escuela, sin embargo, ciertos acontecimientos revivirán una vieja meta que se impuso desde niño. Conseguir un equipo y salvar al mundo.