Capítulo 81: Conociendo a Alejandra.

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-¿Puedo sentarme al lado tuyo?

Eze se le quedo viendo sorprendido, no había palabras que pudiera decir en esos instantes, la chica que tanto quería llamar la atención ahora estaba ahí, frente a él, viéndolo con esos ojos, ojos azules, tan hermosos que parecía opacar el cielo naranja y solo daban lugar a un día instantáneo.

El joven no sabía que decir, el silencio al parecer incomodaba a la contraria, quien con esa sonrisa, levantó su mano.

-Esta bien si no quieres.

-¡Ha! N-No, no te preocupes, puedes sentarte si quieres.

Dijo el rubio moviéndose, como queriendo darle algo más de espacio, algo innecesario considerando que era el único chico sentado ahí y que el banco era lo suficientemente amplio como para al menos 3 personas.

Ella se sentó a su lado con esa sonrisa amable, sonrisa que el chico no dejaba de mirar, sin embargo trataba de no acosarla con la mirada, viendo de vez en cuando a otros lados.

-¿Y-Y... Qué tal todo?

-No lose, tu dime -Dijo Alejandra sonriendo- ¿Estuviste haciendo mucho como para que te viera?

El rubio ante esas palabras tuvo un sobresalto, con nervios se le quedo viendo y mostró una sonrisa.

-¿T-Tan... Obvio fue?

-Bueno, no quiero decir que fue demasiado obvio, pero, si, un poco -Dijo la joven riendo levemente-

Los hombros de Ezequiel se cayeron totalmente de la frustración, lo único que pudo hacer mentalmente fue llenar de insultos a Fakundo por consejos tan estúpidos como esos, sin embargo, suspiro un poco.

-Lo siento si parecía algún raro.

-Creo que todos tienen su forma de llamar la atención.

El rubio solo suspiro con pesadez nuevamente, se sentía patético por eso.

-No te preocupes, no volveré a molestarte -Dijo entonces volteando a verla con una sonrisa- Lo prometo.

-Justamente pensaba pedirte eso -Dijo ella sonriendo- Pero... Quería pedirte una cita.

El chico quedó callado, se le quedo viendo totalmente sorprendido y sin saber que decir, las palabras no lograban salir por más que las tuviera en la mente, una felicidad interna lo comenzaba a invadir, su cerebro solo podía imaginar escenas estúpidas de ellos 2 juntos paseando por donde fuese y al parecer, esa imaginación podría ser real, como un extraño sueño que suceso en la vida real.

-¿S-S-Salir conmigo?

Dijo el rubio nervioso, no lo notaba, pero el había llegado a sonrojarse levemente. La rubia estaba sonriendo amablemente.

-Si no es lo que quieres, lo entenderé, pero me gustaría tener una cita.

El joven se puso rápidamente de pie y asintió repetidas veces.

-¡C-Con gusto saldré contigo! -Dijo Ezequiel con una sonrisa- ¿Mañana al medio día aquí?

-Me parece perfecto.

Alejandra mostró una sonrisa, tan hermosa era que tal acto lleno de una intensa calma al rubio, no sabía porque, era la primera vez que sentía algo tan pacífico, fuera de las peleas, de sus amigos, tener a alguien ajena a ello, sin duda le transmitía paz.

Pronto la rubia miro al cielo y volvió a ver al chico.

-Ya tengo que irme -Dijo ella amablemente- Nos vemos mañana.

Ella con amabilidad lo saludó y se retiró de aquel parque. El joven se quedó viéndola irse hasta perderla en la lejanía y simplemente con una sonrisa llena de felicidad se regresó a su hogar.

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