The Legend Of T

Capítulo 28: Las llamas del demonio.

Una llamarada negra rodeaba a Rein, una presencia poderosa se sentía en todo el gran centro comercial. Era una furia intensa, que crecía conforme el joven miraba a su oponente. Quien, viendo al pelinegro, comenzaba a sentir nervios.

-¿Llamas...? ¿Es de tipo elemento?

Susurraba Tomas totalmente nervioso, sus manos le llegaban a temblar, sin darse cuenta, dió un paso hacia atras.

Los 3 jovenes miraban boquiabiertos, era algo que nadie había visto.

-¿Llamas negras? 

-Ese poder...

-¿Que clase de monstruo es?

Los 3 estaban totalmente sorprendidos y asustados. Las personas de los alrededor se fueron corriendo debido al miedo.

El joven castaño trago saliva y levantó sus puños hasta su mentón, se colocó en guardia. Había silencio. Rein mostró una sonrisa.

-¿Nervioso? 

-Los dioses son más fuertes...-Dijo tratando de provocarlo-

Ese fue su error, esas llamas negras se hicieron bastante potentes. Mediante un impulso, se lanzo hacia el contrario, lanzando un derechazo brutal, que, afortunadamente había sido esquivado, pues el contrario se movió hacia un lado, sin embargo, quedó sorprendido.

Una llamarada negra salió disparada de su puño, la cual tomo metros y metros de distancia hasta explotar en una tienda de ropa. Cosa que asombro a todos, quienes se quedaron totalmente sorprendidos.

-¿Que...?

Todos se habían dado cuenta de ello, un ataque adicional, por si el principal fallaba o tal vez era parte del mismo golpe que acaba de lanzar, pensar en eso asustaba, mientras el se movía y se alejaba, logró ver como su rival lo miraba de reojo con una sádica sonrisa, estaba cumpliendo con su palabra, realmente estaba dispuesto a matarlo.

Cuando Tomas logró tomar distancia, el pelinegro estaba apunto de lanzarle una patada, que sin embargo logro esquivar agachándose, sintió un ligero calor sobre su cabeza, eran las llamas que pasaban sobre su cabello.

Una gota de sudor bajo rápidamente hasta su mentón, mientras Rein estaba en el aire debido a la patada, movió su torso hacia un lado para dar un giro y elevar el pie, queriendo darle otra patada. Eso lo asombró un poco, por lo que nuevamente lo esquivo, ahora dando un salto hacia atrás, viendo como ese pie bajaba rápidamente hacia el hasta chocar contra el suelo, agrietando este totalmente.

El castaño dio unos pasos hacia atrás respirando agitado debido a los nervios, volvió a colocarse en guardia. 

De a poco se escucho una risa.

-Parece que no sabes usar los pies... No eres de usar patadas ¿no es así? 

Tomas estaba totalmente callado, solo veía como Rein comenzaba a reír de manera algo burlona.

-Si no lanzas patadas. ¡Estas en una gran desventaja! 

Dio un bruto impulso para en cierto punto dar un salto, en el aire, comenzó a girar y elevó un pie, dispuesto a darle una patada directa en la cien. Tomas rápidamente logró cubrirse, sin embargo, sentía la potente fuerza de aquel pie, y el como poco a poco no podía contenerla.

Sus pies eran llevadas hacia atrás poco a poco, mientras el contrario no dejaba de mostrar una sonrisa. Una llamarada potente le dio el impulso necesario para así empujarlo y arrojar a nuestro protagonistas contra la tienda de electrodomésticos. Sus 3 amigos asustados tuvieron que esquivarlo, solo para verlo allí tirado con total asombro.