Capítulo 63: La ira de Tomas crece. ¡Ha derrotar a la quinta diosa!

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Tomas solo gritaba de furia, las lágrimas de la impotencia caían por sus mejillas, sus puños estaban fuertemente apretados. Escuchar la risa de Elizabeth y el llanto de Any solo hacía que se enfurezca más.

Se quiso poner de pie cuando sintió un dolor bruto en la espalda, su clon le había dado un codazo en la espalda, tirándolo directamente al piso. Eso hizo que el castaño tosiera un poco y cerrara los ojos con fuerza debido al dolor.

Mientras tanto, Faku continuaba escondido bajo esa puerta, apretaba con fuerza el mango de su espadón, tanto que incluso su arma llegaba a temblar ligeramente, trataba de contener su enojo, mordiendo su labio inferior, cerró los ojos y suspiro, quería calmarse.

Su clon volteo directamente hacia la puerta y se quedo mirando durante unos momentos, empezando a caminar viendo salón por salón.

-¿Aun seguirás sin escucharme? -La voz de su clon se empezó a escuchar- ¡Sabes que tengo razón! 

Faku lentamente apoyo su cabeza en la puerta y cerró los ojos durante unos minutos, solo para luego abrirlos y mirar al techo.

-¿Porque vas a seguir a un chico débil? ¿Acaso su meta es ser poderoso? ¿Acaso quiere poder? Solo quiere salvar el mundo, ¿acaso es un niño? ¿Acaso mereces seguir a un niño? ¡El no te llevara a tu meta!

Se podía escuchar como esa copia movía las mesas y las sillas de ese salón e incluso como las estrellaba contra las paredes con ira.

-¡Solo despierta! -Gritaba la copia- ¡Tu quieres ser el espadachín mas respetado!

Faku cerró los ojos un momento, se quiso concentrar en lo que pasaba.

(Es cierto...)

Era lo que paso por su mente en esos instantes. Todo estaba en negro para él, de a poco varios recuerdos pasaban por su mente. Uno de ellos era de su infancia.

Un Faku más pequeño estaba tirado en el suelo, respiraba agitado, tenía leves cortes en su cuerpo, se estaba tratando de levantar con algo de dificultad, a su lado, clavada en el suelo, una espada.

-M-Maldición...

Frente a el, un chico un poco mayor que él, de piel morena y cabello negro, usaba unos lentes, lo miraba y solo suspiro un poco.

-Vamos hermano, tienes que esforzarte -Dijo el sonriendo- ¿Como piensas ser un espadachín así?

-¡C-Callate!

Le grito el pequeño Faku enojado, se puso de pie, las piernas le temblaban, lo miro fijamente.

-Debes manejar tu aura -Dijo su hermano sonriendo amablemente- Si logras dominarla a la perfección...

En su mano apareció de la nada misma una katana y la movió un poco hacia los lados.

-Podrás tener el arma que tu quieras, sin la necesidad de tener un mango como base.

-¿El arma que yo quiera?

El asintió con una sonrisa.

-Algunos a veces se acostumbran a un solo tipo de espada y logran dominarla a la perfección ¿cual crees que es tu tipo de espada?

-¿Mi... Tipo de espada?

El menor se quedo pensando, miro de reojo la espada que termino clavada en el piso, sin embargo, sonrió y miro a su hermano.

-¡Un espadón!

Eso dejo asombrado al mayor, quien solo pudo reírse un poco.

-¿Un espadón? ¿Estas seguro? -Dijo entre risas- Es un poco pesado ¿no crees?

The Legend Of TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora