The Legend Of T

Capítulo 56: La oscuridad que lo consume todo.

Entre todo ese humo negro que parecía cubrir el enorme salón, incluso los foros de las luces, lo que hacía que la iluminación del mismo sea algo oscura, pues los focos iluminaban con mucho menos intensidad de la que normalmente deberían hacerlo.

Entre todo eso, la figura de un hombre de pelo negro con ligera barba, miraba atentamente a nuestro protagonista, quien solo parecía estar atento a este, con nervios que intentaba controlar con todas sus fuerzas internas, pues se podía ver esa mirada psicópata y llena de odio que ese hombre mostraba.

Nuestro protagonista, Tomas, mantenía sus puños a la altura de su mentón, admirando a ese hombre, conocido como el sexto dios, Feder. Una gota de sudor bajaba por su mejilla, sin embargo esta ni siquiera tuvo tiempo de poder caer, pues en cuestión de segundos, ese hombre de movió a una velocidad sorprendente, conectándole al castaño un feroz gancho al mentón que lo lanzó directo contra el techo, haciendo que atraviese el mismo.

Tal fue el impacto que llegó a los pasillos de arriba, donde se encontraban las habitaciones. Ese bruto impacto había dejado al joven algo atontado, con su mirada perdida en el oscuro techo del pasillo.

Mientras tanto, el pelinegro, con esa sonrisa psicópata y llena de un gran odio, flexiono sus piernas y dio un brutal salto, buscando llegar al primer piso. Rápidamente el joven giro en el suelo para alejarse del agujero que quedó en el suelo, logrando salvarse del bruto impacto que causaría el pelinegro al atravesar el techo.

Tras eso el joven se puso de pie y dio unos cuantos pasos hacia atrás para poder mantener distancia, respirando un poco agitado tras los nervios. Entre la ligera luz que salía del agujero del suelo, simplemente soltó una risa.

-Soy la oscuridad niño -Dijo el entre leves risas- ¿Crees acaso que tendrás una oportunidad ante mi?

Lentamente, ese humo negro comenzó a salir de su cuerpo nuevamente, esta vez haciéndose presente de manera más notoria en los alrededores, lo que ponía más nervioso al joven, levantó sus puños nuevamente para estar atento.

Sin embargo, ese humo negro comenzó a rodear el cuerpo del sexto dios, hasta volverlo una figura completamente negra.

-Black Ambient

Dijo aún con una sonrisa y en cuestión de instantes su figura desapareció de donde estaba. Ya no había ningún rastro del pelinegro, no había nada más que silencio en ese enorme pasillo oscuro, eso sin duda hizo que Tomas se pusiera nervioso, retrocedió más.

-Genial... Y yo que no soy fan del terror...

Dijo de modo sarcástico, queriendo así poder calmar sus nervios, el silencio que abundaba en ese castillo ahora lo estaba poniendo muy nervioso, por lo que comenzó a caminar a paso lento por esos enormes lugares. Las puertas de ese lugar estaban cerradas, sin embargo el por puro temor no quería abrirlas.

Comenzó a sentir un aire frío recorrer su nuca, lo que hizo que rápidamente volteara. No había nada. Abundaba un enorme silencio y solo se podía admirar el rostro nervioso del castaño. Volteo nuevamente hacia el frente, queriendo continuar con su camino, pero entonces sintió un bruto impacto en el rostro, un estruendo tan fuerza que hizo que su nariz comenzara a sangrar.

Retrocedió algo aturdido, llevando su mano a su nariz para cubrirla. Miro a su alrededor con seriedad y en instantes sintió otro impacto tremendo en las costillas derechas, tal fue el impacto que debido a la fuerza que la misma parecía tener, hizo que saliera disparado contra una de las puertas, terminando en lo que parecía ser un cuarto. Con una cama, un pequeño estante y al lado de la cama una mesa de luz con una foto. La foto de una hermosa mujer pelirroja.

Tomas comenzó a toser y escupió algo de sangre debido al dolor. Logro ponerse de pie y mirar a su alrededor, entonces fijo su mirada a la mesa de luz, a la foto que allí se encontraba, la cual estaba en un marco de plata.