Las nubes negras poco a poco giraban con más rapidez, el viento, soplando con fuerza, tiraba algunos arboles y postes que se hacían pedazos al caer contra el suelo. La gente allí aterrada salía corriendo, gritando y pidiendo ayuda.
El fuerte viento no era algo que los ayudara, pues mucha gente salía volando por todas partes hasta desaparecer, otras terminaban estrellándose contra arboles, escombros, casas, resultando heridas y en los peores casos muerta.
En una destrozada plaza, en el centro de esta, se encontraba una pobre Violeta poseída, una joven de cabello celeste cuyos ojos estaban totalmente en blanco, a pesar de eso, parecía estar viendo atentamente a alguien, con enojo, con odio, pues frente a él había un joven, alguien que se había animado a enfrentarla.
Tomas, decidido, estaba dispuesto a salvar no solo a la joven sino al pueblo, pero sabía que no sería nada fácil, estaba ante una antigua diosa, cuyo poder era demasiado grande. Eso era razón principal por la cual, muy a pesar de verse serio, decidido, gotas de sudor bajaban por sus mejillas, sus puños, a pesar de estar fuertemente presionados, temblaban, podía sentir ese poder, esa energía que la joven desprendía, le daba en cierta forma algo de terror.
-Humano... ¿Realmente tienes tantas agallas de morir?
El joven no le respondió nada, solo mantenía sus ojos fijos en ella, trago saliva, no sabía que hacer, por donde empezar, adonde moverse, como atacar ¿realmente estaba listo para enfrentar algo así?
Su mente se perdió en esos pensamientos, en crear una estrategia, el miedo era muy grande como para poder pensar en algo rápido. Sin embargo, y por mera suerte, pudo reaccionar rápido, solo para ver un feroz rayo ir contra él, rayo que por suerte logro esquivar dando un salto hacía un lado.
Violeta se empezaba a reír ante las acciones del castaño.
-¡Eso es maldito humano, corre!
Apuntándolo con sus dedos, de estos empezaron a salir unos poderosos rayos que sin piedad alguna dirigía hacia Tomas, quien, rápidamente corría hacía donde podía con tal de esquivarlos, dando breves saltos e incluso agachándose un poco, se le notaba nervioso.
-¡Has lo que mejor sabes hacer maldito mocoso!
Furioso, el castaño volteo a verla y se lanzó hacía ella, ciertamente eso le llamo un poco la atención, sin embargo, ella solo soltó una risa y continuaba lanzando los mencionados rayos contra el joven.
Este, mientras corría hacía la joven de cabello celeste, se movía esquivando de lado a lado e incluso agachándose, podía sentir esa energía y era lo que más temía, el no sabía que hacer, como enfrentarse a ella, como vencerla, ni siquiera si podría lograrlo, solo podía improvisar, esforzarse para conseguirlo.
Pronto logró acercarse a Violeta y apretar uno de sus puños, dispuesto a darle un golpe, sin embargo, esta solo volvió a reírse y en sus manos aparecieron 2 esferas de luz que brillaban levemente.
Sin decir ninguna palabra, apenas noto al castaño lo suficientemente cerca, solo saco la lengua de forma burlona.
-No lo creo...
Con tan solo aplaudir, ese poderoso brillo se termino convirtiendo en una barrera tremenda de viento, combinada con rayos que sin dudar arrasaron todo a su paso y con eso, se llevó de lleno a Tomas.
En aquella colina alejada del pueblo, donde vivía el anciano Striker, acompañado de Jaden y de Felizia, observaban con cierto temor el desastre que estaba comenzando allí, la joven pelirroja era la más afectada, agarrando sus manos y cerrando los ojos queriendo rezar.
El anciano de ojos amarillos observo con seriedad la gran explosión que se levantaba entre los escombros, sabía que eso no era buena señal y le preocupaba. ¿Debería acaso meterse? ¿Salvarlo? Esas eran sus principales intenciones ahora, por lo que dio unos pasos hacia adelante, con sus puños fuertemente apretados, pero alguien lo detuvo.
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The Legend Of T
AksiTomas es un joven normal con extraños poderes. A sus 16 años inicia en una nueva escuela, sin embargo, ciertos acontecimientos revivirán una vieja meta que se impuso desde niño. Conseguir un equipo y salvar al mundo.